Esta gracia espiritual se enmarca en la conmemoración del tercer centenario de la canonización de San Juan de la Cruz y del primer centenario de su declaración como doctor de la Iglesia.

El decreto vaticano, solicitado por el obispo de Ávila, Jesús Rico, especifica que podrán lucrar la indulgencia quienes, bajo las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del papa), participen con espíritu penitente en las celebraciones jubilares o realicen una peregrinación a los templos designados. 

En palabras del decreto, los lugares principales son la iglesia parroquial de San Cipriano en Fontiveros, “o cualquier otro templo designado a este fin por el excelentísimo señor obispo". Por eso, Rico ha firmado un decreto por el que se designan otros lugares como templos jubilares, que se añaden al de Fontiveros, cuna del místico carmelita.

Se trata de la basílica de Santa Teresa de Jesús, en la capital abulense, y la iglesia del convento de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz de las Madres Carmelitas de Duruelo, situada en el municipio de Blascomillán.

El decreto contempla también que los fieles que recen durante un tiempo prolongado en alguno de estos templos, concluyendo con el Padrenuestro, el Credo, una invocación a la Virgen y a San Juan de la Cruz, podrán obtener igualmente la indulgencia. Además, se extiende esta posibilidad a ancianos, enfermos y personas impedidas por causas graves, que podrán beneficiarse del don jubilar desde sus hogares, si cumplen las condiciones habituales y se unen espiritualmente a alguna celebración.

La Penitenciaría Apostólica ha solicitado a los sacerdotes que favorezcan con generosidad la celebración del sacramento de la reconciliación durante el año jubilar, para que los fieles puedan vivir esta etapa espiritual "con plena disposición interior”.