Para nadie es un secreto que este 2025 ha estado marcado por el auge de los softwares de inteligencia artificial. En meses recientes los hemos empleado para resolver todo tipo de problemas. Por ejemplo, como ayudantes de investigación online o incluso como consejeros de vida personal. También, para quienes gustan de los juegos en línea, la IA ha servido de asistente para personalizar preferencias en plataformas prestigiosas como Maggico Casino.

Sin embargo, uno de los usos más recurrentes —y también polémicos— de la inteligencia artificial en nuestros días es la generación de piezas artísticas. Desde retratos al estilo de determinado artista plástico hasta la generación de canciones y pistas musicales al instante, parece que hoy la creatividad no es exclusiva de la mente humana.

Como has de imaginar, los debates al respecto están sobre la mesa. Muchos nos preguntamos hoy dónde se ubican los límites entre la originalidad y la mera reproducción en el arte o cuál es el valor real de una pieza artística creada por un software. En seguida analizamos el caso puntual de la música, con el fin de entender mejor cómo funcionan los programas de IA que intentan sustituir a los compositores.

Creando música al instante

Si ingresas hoy en tu buscador de confianza e investigas sobre programas de composición musical con inteligencia artificial te encontrarás con decenas de opciones. La mayoría de estos operan con la misma fórmula que muchos softwares de IA. En pocas palabras, emplean algoritmos sofisticados, capaces de leer a velozmente una gran cantidad de información disponible en línea. No solo recogen todos estos datos, sino que los sintetizan y analizan en búsqueda de patrones. A partir de estos últimos generan una nueva pieza (Contents.com).

Para que los softwares de inteligencia artificial arrojen resultados satisfactorios es esencial darles un «prompt» detallado. En teoría, mientras más específico sea el cliente en cuanto a qué es lo que desea, más acertada será la respuesta del programa. Muchas de estas herramientas son capaces de crear tanto la letra como la música de una nueva canción. Eso sí, hay que ser minuciosos con lo que se pide. Principalmente porque, tal como ocurre con otros programas informáticos que usan IA, los softwares de creación musical están diseñados para complacer al cliente dando una respuesta rápida y podrían tornarse impredecibles.

Navegando en internet encontrarás apps y herramientas gratuitas y por suscripción. En general, las que son gratis o tienen versión de prueba no permiten que el usuario monetice con los temas musicales generados. Dentro de las que son de pago existen numerosas posibilidades que se ajustan a distintos bolsillos. Algunos de los softwares más comunes para crear música con IA son: Suno AI, ASCAP, Udio, Producer.AI, iLove Song AI y LoudMe, pero hay una larga lista.

Ventajas y desventajas de usar la IA para crear música

Usar inteligencia artificial para crear cualquier pieza con intenciones artísticas es fuente de discusiones. Quienes argumentan a favor o en contra basan sus argumentos en las siguientes razones:

• Ventajas
  • Hay programas de IA que son gratuitos o con funciones gratuitas, por lo que representan una solución para trabajadores con pocos recursos o aficionados a la música que solo quieren divertirse un rato;
  • Se obtiene una pieza en pocos instantes. En un mundo cada vez más vertiginoso la inmediatez es una virtud;
  • Numerosas personas concuerdan en que la IA ha llegado para quedarse, por lo que ir en contra de los avances tecnológicos es, objetivamente, un esfuerzo vacuo.
• Desventajas
  • Lo hecho por la mente y manos humanas sigue teniendo un valor agregado, relacionado con el tiempo y estudios invertidos por un artista para crear una pieza única, así como por su mundo emocional. Esta combinación es irrepetible de persona a persona;
  • Si bien los softwares de IA prometen la creación de piezas únicas y originales, aún hay áreas grises acerca de su funcionamiento. Difícilmente obtendrás una respuesta original —en el sentido purista de la palabra— a tu solicitud;
  • Hay una serie de implicaciones éticas no resueltas en relación al uso de la IA. Por ejemplo, el hecho de restar fuentes de empleo a creadores humanos o el impacto ambiental del uso de este tipo de programas informáticos.

¿Es mera repetición o hay creaciones originales con IA? Las preguntas siguen abiertas

Tal como hemos planteado en líneas anteriores, al día de hoy los programas y aplicaciones que encontramos en la web para crear música con inteligencia artificial están basados en algoritmos informáticos. Esto significa que los resultados que arrojan estos softwares están más cercanos a la combinación de patrones ya existentes que a la creación de piezas desde cero. No obstante, ¿no es este proceso, hasta cierto punto, similar a lo que hacen los compositores y artistas humanos?

En verdad, los conocedores de arte saben que ninguna pieza musical, pictórica, literaria, performática o arquitectónica está aislada de su contexto, porque los artistas no son ajenos a las influencias del pasado y de su entorno. De hecho, la originalidad en el arte −entendida como la creación de algo novedoso y nunca antes visto− es un concepto relativamente nuevo y no necesariamente ligado al hecho artístico (Cromacultura.com).

En el pasado, la mayoría de los compositores y maestros no tenían pudor en reconocer que sus piezas estaban inspiradas en artistas del pasado o seguían tendencias del momento. Así sucede con los cantantes y bandas que escuchamos hoy, los más innovadores son los que combinan de forma ingeniosa sonidos y formas tradicionales o antiguas con ritmos actuales. En cierta medida se asemeja a lo que hace la IA, que recoge tradiciones y tendencias para generar un nuevo tema a pedido del cliente.

Y es que, intrínsecamente, la inteligencia artificial está diseñada para imitar cada vez con más exactitud la manera en que funciona el pensamiento humano. A la fecha, las herramientas de IA disponibles para el común de las personas no reemplazan la contratación de un compositor para la creación de una pieza musical. Así que, dependiendo de para qué quiera el cliente el tema, los artistas seguirán produciendo. Pero, ¿quién se atreve a adivinar qué nos deparan los próximos años?