El informe pone cifras a una preocupación que ya se percibía en el sector: el 78% de los encuestados considera que “estamos sufriendo un cambio climático y es muy constatable en el sector agrario”, mientras que el 76% afirma que las alteraciones en las condiciones meteorológicas constituyen “una amenaza real para la rentabilidad de las explotaciones”.

En respuesta a este desafío, un 95% de los agricultores se muestra convencido de que es “fundamental avanzar en la investigación de nuevas variedades de semillas que se adapten mejor a la sequía y al resto de adversidades climatológicas”. Esta preocupación se traduce en una apuesta clara por la tecnología y la innovación en materia de semillas.

Uno de los datos más significativos del estudio de UPA es que el 96% de los agricultores ha sembrado en la última campaña variedades de cereal incluidas en el catálogo de variedades protegidas, según los registros de la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV) y de la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (CPVO). Tan solo el 4% restante utiliza variedades más antiguas, ya fuera de catálogo.

En cuanto al acondicionamiento de grano, la mayoría de los encuestados indica que opta por utilizar semilla certificada. Entre quienes reutilizan grano de su propia cosecha, la práctica habitual es acudir a entidades autorizadas para el acondicionamiento del grano, lo que garantiza unas condiciones adecuadas para la siembra.
Mejor rendimiento y mayor resistencia climática

Los datos recogidos en los campos de ensayo realizados por UPA esta campaña confirman que las semillas certificadas de categoría R2 ofrecen un rendimiento superior en casi un 15 % respecto a las semillas de reempleo R3 u otras. Además, estas variedades mejoradas presentan mayor tolerancia a enfermedades, mejor comportamiento ante condiciones climáticas adversas y una calidad superior de cosecha.