Aunque primero debe ser aprobado el proyecto de presupuestos, lo que es improbable al no contar con mayoría, el procurador Miguel Ángel García Nieto ha asegurado que la hoja de ruta para implementar la bonificación es clara: “Es muy fácil, porque esto es una medida en la que ya tenemos alguna experiencia y, por lo tanto, es sencillo. Lo único que hay que hacer es aprobar el presupuesto”. 

El antecedente se remonta a 2016, cuando la Diputación lanzó una línea de ayudas similar para la AP-51. A pesar de las buenas intenciones y destinar 100.000 euros y esperar 300 solicitudes, la iniciativa tuvo un impacto limitado: solo se concedieron tres ayudas tras recibir cinco solicitudes, de las cuales dos fueron desestimadas por no cumplir los requisitos. 

“La Diputación sí que puso de manifiesto una ayuda, pero ahora mismo no sabría decir cuántos usuarios. Estamos hablando de hace casi diez años. No lo recordaría”, ha manifestado el actual presidente de la institución provincial y quien entonces era vicepresidente de la Diputación.

Besos y saludos

La bonificación de peajes planteado por la Junta, ha desatado acusaciones de García Nieto, que ha lanzado duras críticas contra Por Ávila y especialmente contra el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, acusándolos de no cumplir con su programa electoral, donde habían prometido medidas similares para los abulenses: “Hasta hoy no ha puesto un euro. Le gusta más dar besos y saludar a la gente, pero hacer y trabajar poco”. 

De las críticas no se ha salvado el procurador Pedro Pascual: “Vamos a ver si prioriza los intereses de los abulenses y el procurador vota a favor de estos presupuestos. No le quedará más remedio. Obedecerá, lógicamente, porque el procurador tampoco tiene voluntad propia. Está permanentemente a las órdenes del líder supremo, es decir, con el ‘si o no’ en la boca permanentemente”. 

Además, ha acusado a Por Ávila y a Pascual de no tener capacidad de influir: "La realidad es que es absolutamente insignificante, insignificante en el contexto regional. La única experiencia de gestión que es a la que nos podemos referir, es la que tienen en el Ayuntamiento de Ávila y francamente el resultado no puede ser peor”.

Unos inútiles

En este sentido, ha reprochado la política municipal con los problemas del agua, la calidad de las fiestas locales, la reducción de la actividad cultural o que haya listas de espera de los servicios sociales: “Son unos inútiles, unos inútiles que no son capaces de hacer que esas listas de espera se rebajen. Están convirtiendo esta ciudad en un desierto de casi todo”. 

Además, ha cuestionado la coherencia de otros grupos políticos como el PSOE y Vox, señalando que si se bonifican peajes en otras comunidades, "no hay excusa para no hacerlo en Ávila". Respecto a Vox, confía en un voto favorable de su procurador local, aunque "seguro que Bambú, la central de Vox en Madrid, no le va a dejar".