Ocurrió en ese punto de la Nacional 403 (Valladolid-Toledo), sentido El Barraco, a tres kilómetros del alto de La Paramera. En esa zona, a la derecha, hay una fuente que cuenta con un desvío para acceder a ella, lugar que los conductores aprovechan para hacer un alto en el camino, estirar las piernas o hacer sus necesidades.

También para tomar algo, según se aprecia en las basuras, desde botellas de bebidas, a latas de conservas.
Allí es donde, en la madrugada del sábado, un conductor halló a la mujer de 93 años fallecida por la que ha ingresado en la prisión de Segovia su hijo, agente de la Policía Nacional destinado en la Escuela Nacional de Policía, acusado de un delito de asesinato y arrestado por la Guardia Civil. No hay rastros en la zona de que el cuerpo fuese enterrado.

El hombre debió abandonar el cadáver después de recoger a su madre en el Complejo Asistencial de Ávila, tras recibir el alta hospitalaria, ya que había sido ingresada por algunos problemas de salud, procedente de una residencia de Mombeltrán. Fue el hijo, ahora en prisión, el que fue avisado por el centro hospitalario del alta, ya que se encontraba fuera de Ávila.

Los datos iniciales de la autopsia ponen de manifiesto “ciertos signos de violencia que no son naturales", aunque habrá que esperar a un segundo análisis toxicológico.