Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025
Dentro del programa de fiestas de Santa Teresa 2025 tiene lugar el martes (10 horas) el acto de hermanamiento entre las ciudades de Ávila y Baeza en el salón de plenos del Ayuntamiento de Ávila. Con ello se formaliza el acuerdo del pleno municipal adoptado unánimemente hace un año, el 31 de octubre de 2024, donde dispuso: “Aprobar el hermanamiento de la ciudad de Ávila (Castilla y León -España) con la ciudad de Baeza (Jaén, Andalucía-España) con el fin de impulsar la colaboración recíproca entre ambas ciudades”.
Todo ello, atendiendo a ‘principios universales’ de comunión histórica y cultural, y de singulares vínculos que recabaron los cronistas oficiales de ambas ciudades, José Luis Chicharro Chamorro por Baeza, y uno mismo por Ávila.
El hermanamiento responde a la idea de que la creación y el desarrollo de lazos de fraternidad entre pueblos y ciudades, a los que se suma la cooperación cultural, técnica, científica y educativa, constituyen verdaderos vínculos institucionales que sirven para el enriquecimiento mutuo de las ciudades hermanadas.
En este sentido, el acuerdo adoptado por los ayuntamientos tiene como fin “la cooperación y el intercambio de experiencias entre ciudades de similares características y problemáticas comunes, comprometiéndose las mismas a potenciar acciones y proyectos en diferentes ramas como son la educación, el turismo, la cultura, la economía, el deporte, etc. con resultados más beneficiosos para sus respectivos ciudadanos”.
Por su parte, la Federación Mundial de Ciudades hermanadas-Ciudades Unida, del órgano consultivo de Naciones Unidas y la UNESCO, ha establecido una serie de principios de actuación a los que deben ajustarse los hermanamientos de pueblos y ciudades. A saber:
a) Libertad de expresión y comunicación de las personas de las ideas y de las informaciones.
b) No discriminación ni exclusión de ciudades o personas por razón ideológica, política, geográfica, religiosa, étnica o cultural.
c) No injerencia en los asuntos propios de cada ciudad o corporación.
d) Prevalencia esencial de la naturaleza social y educativa de la institución del hermanamiento que debe actuar como un instrumento de formación ciudadana y cultura popular, excluyendo expresamente intereses partidistas o privados. e) Una vocación esencial de fomentar el bilingüismo, propiciando la aspiración a conocer y practicar otra lengua viva como medio de comunicación internacional.
f) Cooperación recíproca entre ciudades y poblaciones para incrementar el desarrollo y camino para el entendimiento material e intelectual.
Es así entonces, cómo, los Ayuntamiento de las ciudades de Ávila y Baeza consideraron que existían suficientes afinidades y vínculos comunes entre ellas, y que los mismos podrían servir de acicate para aunar esfuerzos en actividades conjuntas tendentes a conseguir los fines propuestos, tal y como contempla también la Carta Europea de la Autonomía, y cuyos aspectos generales de unión ahora comentamos.
Patrimonio mundial
Las ciudades de Ávila y Baeza (Jaén) tienen en común el reconocimiento universal como Ciudades Patrimonio de la Humanidad, concedido por la UNESCO, a Ávila en 1985 y su ampliación en 2007, y a Baeza junto a Úbeda, en 2003, por su indudable valor arquitectónico y monumental que alcanzaron el esplendor renacentista en el siglo XVI. Además, ambas pertenecen al Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, lo que ofrece interesantes oportunidades de cooperación y promoción de ambas ciudades.
Este galardón patrimonial es muy importante, pues aparte de hacerlas visibles en el mundo entero, plantea a las corporaciones locales problemáticas parecidas para su gestión, y eso hace que se hayan creado vínculos estrechos de relación y afectos entre las autoridades y técnicos municipales para la buena marcha de nuestras poblaciones.
Ha pasado más de un siglo desde que se «ordenara la catalogación completa y ordenada de las riquezas históricas o artísticas de la nación», utilizando técnicas en una novedosa metodología de recogida exhaustiva de información sobre los bienes culturales, con la fotografía como instrumento de documentación.
Así, Ávila fue catalogada en 1900 por el historiador y arqueólogo Manuel Gómez Moreno, y Baeza lo fue en 1913 de la mano de Enrique Romero de Torres, quien fue director del Museo de Bellas Artes de Córdoba. Y lo mismo hizo décadas después el historiador Ricardo Orueta y Duarte, impulsor de la ‘Ley del Tesoro Artístico Nacional’ (1933), en su afán de documentar las joyas escultóricas de nuestras ciudades (por ej. escultura orante del fundador de la Universidad de Baeza y la portada sur de la basílica de san Vicente en Ávila), aparte de fotografiar sus monumentos y espacios urbanos.
Anteriormente, una de las primeras iniciativas para rescatar el patrimonio cultural se encuentra en la publicación a mediados del siglo XIX de la obra Recuerdos y bellezas de España, con textos de Pi y Margall, en el volumen dedicado a Baeza (1850), y de José Mª Quadrado, el volumen dedicado Ávila (1865), siendo ambos ilustrados con la representación de monumentos y paisajes en litografía de Francisco Javier Parcerisa con estampas presentando una visión del llamado «Romanticismo arqueológico y medieval de la época, es un testimonio artístico e histórico valioso sobre la estética y la identidad de España a lo largo de tres décadas», al decir de sus estudiosos.
Por su parte, Valentín Carderera y Solano, expedicionario en la década de 1840 de la Academia de Bellas Artes para inventariar las obras de arte de conventos y monasterios desamortizados (trinitarios en Baeza, y franciscanos y dominicos en Ávila), trazó bellos dibujos a lápiz y acuarela sobre papel de las ciudades monumentales, con claro propósito de defensa de su patrimonio cultural.
Fuentes históricas comunes
En el Archivo Municipal de Ávila y en distintas ediciones de las Fuentes Históricas Abulenses figuran providencias y cédulas reales en las que las ciudades de Ávila y Baeza entrecruzan sus caminos como lugares en los que los escribanos dejaron su impronta, tal y como se observa en las siguientes referencias.
Sobre los títulos de Alfonso X se dice en un Privilegio de 1356 que el Rey “regnant” junto a la Reina Yolant (Violante de Aragón) y su hijo el infante Fernando en Jaén, Baeza, Badajoz y en el Algarve, entre otros. AMAV Fondos especiales n. 1. La misma intitulación se repite en los documentos de confirmación de privilegios de Juan I (1382). AMAv C 15 Leg 4n 15 leg2, fol. 1v-17v. Fuentes Históricas Abulenses, Vol. 1, pág. 53) y Juan II (1432). Fuentes Históricas Abulenses, Vol. 1, pág. 9.
Por su parte, los Reyes Católicos emplazan a Juan de Mendoza, vecino de Baeza, para que devolviera a Martín Fernández de Vilches, canónigo de Ávila, la piara de puercos que tomó por la fuerza a Fernando Sánchez de Vilches, padre del canónigo. Dado en Medina del Campo el 7 de Octubre de 1480. Archivo de Simancas. Registro General del Sello, fol. 124 doc. 267 (Fuentes Históricas Abulenses, Vol. 19, pág. 168). Otra cédula de los Reyes Católicos se refiere a la solicitud de nuevos repartimientos entre pueblos de la Provincia para pagar a la Hermandad a pesar de los éxitos obtenidos en las Ciudades de Jaén y Baeza, 2 de Julio de 1489 (AMAv Histórico 1/106).
Más tarde, a mediados de junio de 1492, los baezanos engalanaron la población para recibir a Isabel, la reina abulense de Castilla, quien en 1476 había ordenado derribar las murallas de Baeza, un año después de su entrada triunfal en Ávila. En esta ocasión quiso agradecer a los nobles caballeros de la ciudad que tanto se distinguieron en la conquista de Granada y, anteriormente, antes de Zamora, Toro y Málaga.
La reina permaneció aquí tres días, alojándose en el convento de san Antonio. En esta época, en Baeza se estaba construyendo el palacio del señor de Jabalquinto, de estilo isabelino, mientras en Ávila se está terminando el monasterio de Santo Tomás, de fundación real, donde será enterrado el príncipe Juan, muerto en 1497, de quien fue camarero y tesorero Gonzalo de Baeza, que también lo fue de la reina.
De la misma manera, en el Archivo Histórico Municipal de Baeza se conservan también importantes documentos reales firmados por los reyes en Ávila, en 1518, que fueron significativos para el desarrollo de la vida agroganadera y la organización de los caballeros de la ciudad. Se trata de dos Provisiones reales fechadas ambas en Ávila, el 18 de octubre de 1518, firmadas por la reina doña Juana y su hijo Carlos I.
Una de ellas se refiere a los caballeros de la ciudad para que tuvieran armas y caballos. Y la segunda está dedicada a la cría caballar en Baeza, un asunto de notable importancia en la época para esta ciudad que poseía importantes dehesas donde pastaban dichos animales.
Ello nos indica que en Ávila pensaron en Baeza materializando y llevando a efecto estas dos Provisiones reales. También en el archivo municipal de Baeza se conserva otra Real provisión dada por Felipe II, fechada Madrid el 5 de mayo de 1595, para que la ciudad diera ciertas cantidades de dinero al Colegio de la Compañía de Jesús de Ávila.
Personajes históricos
Entre los personajes históricos cuyas en cuyas biografías se entrecruzan Ávila y Baeza figura Juan de Henao. El fundador del linaje de los Henao fue Álvaro de Henao, regidor de Ávila, que vivió en la segunda mitad del siglo XV. Su nieto, Juan de Henao, fue regidor de Ávila, Corregidor de Ciudad Rodrigo, Úbeda y Baeza (1564 y 1583), y también visitador de los Cuantiosos de Córdoba, y Gentil Hombre de la Casa Real de Castilla, fundó el mayorazgo de los Henao en 1582.
Él fue quien encargó las obras de la casa palacio de Ávila realizadas durante la segunda mitad del siglo XVI. Entre los siglos XIX y XX, su último dueño, el Marqués de Benavites lo reformó, y en 1960 se adaptó para Parador Nacional de Turismo, produciéndose desde entonces numerosos cambios y ampliaciones en el edificio.
También perteneciente al linaje de los Henao fue Pedro de Henao del Águila, nombrado también corregidor de Úbeda y Baeza el 29 de octubre de 1642.
Igualmente, en el mismo abolengo nos encontramos con el presbítero y dramaturgo Pedro Calderón de la Barca y Henao, a cuya figura, Ávila y Baeza tributaron un extraordinario homenaje en su bicentenario con representación de sus obras, conferencias y desfiles promovidos por los Institutos de Segunda Enseñanza, y de ello se guarda testimonio en sendos monográficos publicados entonces.
Otro personaje destacado fue San Juan de la Cruz, cuyo nombre secular era Juan de Yepes Álvarez, natural de Fontiveros (Ávila). Nació el 24 de junio de 1542 y falleció en Úbeda, el 14 de diciembre de1591. Este religioso y poeta místico del Renacimiento español, fue reformador de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y cofundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos con santa Teresa de Jesús. Declarado santo y doctor de la Iglesia Católica, vivió en Baeza entre 1579 y 1582.
Aquí fundó el colegio convento de san Basilio del que fue rector dos años y aquí tuvo una intensa relación con los profesores de la Universidad, y donde con seguridad escribió algunos de sus grandes poemas. Antes, formó los primeros miembros del noviciado abulense de Duruelo (Ávila), de Macera (Ávila) y de Pastrana (Guadalajara). Baeza y los informes que en la ciudad se emitieron tuvieron mucho que ver en su proceso de beatificación del siglo XVII y su posterior santificación en 1726. Hoy día los carmelitas descalzos siguen estando presentes en la ciudad gestionando la iglesia del antiguo Hospital de la Concepción.
El escudo familiar abulense de Santa Teresa de Jesús tenía cuatro cuarteles: el primero, oro sobre gules, un león, de los Cepedas; el segundo, otro león con cruces de San Andrés, recordando la conquista de Baeza, de los Cuevas y Sánchez leoneses; el tercero seis roeles de los Dávila, Sánchez de Toledo y Velada, caballeros de la Cuadrilla de San Juan; el cuarto, bandas horizontales, de los Vela y los Blázquez, y el conjunto coronado por una torre ardiendo, de los Ahumada.
En 1599, se fundó en Baeza el convento de la Encarnación de carmelitas descalzas de Teresa de Ávila, el cual ha estado en funcionamiento durante más de 400 años, lo mismo que los conventos franciscanos que también se conservan en Ávila y Baeza.
Todavía hoy, el convento carmelitano sigue siendo escenario conmemorativo de la festividad de la Santa, igual que en 1968, Ávila y Baeza, junto a otras ciudades, se unieron en el Programa nacional de la conmemoración de Duruelo (Ávila), el primer convento masculino de Carmelitas Descalzos fundado por San Juan de la Cruz y Santa Teresa en 1568.
Y se da la extraordinaria circunstancia de que el 12 de octubre, del año 1617, la ciudad de Baeza, reunida en sesión capitular, tomó el acuerdo de tener por Patrona a Santa Teresa de Jesús. El mismo día y para dar carácter oficial al acuerdo, otorgó escritura reconociendo este patronato ante el escribano público Alonso Martínez, obligándose a celebrar todos los años el 15 de octubre una solemne fiesta religiosa y concurrir a ella en forma de Cabildo.
En 1984, de la misma manera que ocurrió en Ávila, las calles de Baeza también sirvieron de escenario para algunas escenas de la serie de televisión Teresa de Jesús, protagonizada por Concha Velasco. La producción recrea con gran rigor histórico la vida de la monja carmelita, que con sus escritos nos dejó uno de los testimonios más apasionantes del siglo XVI.
Por otro lado, una extraordinaria edición del Libro de la vida (Cátedra, 2006) de Santa Teresa es obra del catedrático baezano Dámaso Chicharro Chamorro, quien también participó con reflexiones sobre la personalidad de la Santa en la inauguración del curso 2015-2016 del Instituto de Estudios Giennenses.
El Maestro Juan de Ávila, (Almodóvar del Campo, 1500 - Montilla, 1569), es una figura de primer nivel en el ámbito de la Iglesia universal, y por ende lleva consigo aparejada la proyección de las poblaciones con él relacionadas y las personas a las que trató.
Fue santificado por Pablo VI (1970), y nombrado doctor de la Iglesia Católica en 2012. Dirigió la Universidad de Baeza en sus primeros años y vivió en la ciudad entre 1539 y 1545. Aquí se materializó con mayor nivel su proyecto educativo al poner en pie la Universidad de la Santísima Trinidad.
El Maestro Ávila aparte de organizar y gestionar el centro, fue un gran predicador y escribió́ innumerables cartas a todo género de personas. Entre ellas, a la madre Teresa de Ávila, que lo valoraba extraordinariamente y que buscó y obtuvo su aprobación paternal para publicar el Libro de la vida (carta 158).
Así recoge el biógrafo de la santa abulennse, Luis Muñoz, los sentimientos de Teresa de Jesús al enterarse de la muerte de Juan de Ávila: "La gloriosa Santa Teresa de Jesús derramó por esta muerte copiosas lágrimas…le dijeron que por qué se afligía tanto por un hombre que se iba a gozar de Dios. A esto respondió la Santa: -Lo que me da pena es que pierde la Iglesia de Dios una gran columna y muchas almas un grande amparo, que tenían en él".
El obispo de Jaén entre 1500 y 1520 fue don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, nacido en la localidad abulense de Fuente el Sauz. Este prelado, que fue también obispo de Mondoñedo y Lugo, antes de ser nombrado para Jaén, ocupó los cargos de Inquisidor general y presidente del Consejo de Castilla por mandato de Isabel la Católica.
Fue un importante obispo del antiguo Reino de Jaén pues incluso celebró el IV Sínodo Diocesano de Jaén. Ha pasado a la historia por varios motivos, pero quizás el más significativo ha sido el del “obispo constructor”.
Alonso Suárez financió a su costa la construcción del Puente del Obispo sobre el río Guadalquivir Baeza y lo dejó libre de derecho de pontazgo, puente que ha estado soportando el tráfico de la carretera nacional hasta hace una veintena de años, es decir ha estado en uso intensivo 500 años y ahí sigue en pie.
En la capilla que se levantó en él, aún lucen sus escudos, al igual que en la portada principal de la iglesia baezana de san Andrés, siendo además la primera portada plateresca de la diócesis de Jaén, elevada en torno a 1510. La heráldica del obispo también aparece repetida en el muro sur.
El Obispo Sancho Dávila y Toledo, (Ávila, 9 de octubre de 1546- Plasencia, 5 de septiembre de 1625), hijo del I marqués de Velada, fue obispo de la diócesis de Jaén entre 1600 y 1615.
En su tiempo, en Baeza se realizaron o continuaron construcciones de iglesias y conventos, como es el caso del convento de la Magdalena, en cuya portada principal, enmarcando el relieve de la santa titular, aparecen labrados dos potentes escudos del obispo abulense, quien imprimió en Ávila varias de sus publicaciones: Vida de San Vidal (Baeza, 1601) y Sermones (Baeza, 1615).
El conjunto de su obra fue estudiado por el capellán Francisco Candel Crespo con el título Un obispo postrimdentino: Don Sancho Dávila y Toledo que publicó la Diputación Provincial de Ávila en 1968.
En el siglo XVI, entre los gobernantes y delegados regios de las ciudades, encontramos a Ruy Díaz de Mendoza, regidor de Baeza en 1520, y padre de Jerónimo de Mendoza, quien también fue regidor de Baeza y corregidor de Ávila.
Y a este sumamos el nombre de Luis Pacheco de Espinosa (Ávila, c. 1555 – 1614) un aristócrata, administrador y escritor que tuvo una larga carrera política en el consistorio abulense hasta su muerte y en la Administración Real. Fue corregidor de Úbeda y Baeza en 1607 y obtuvo la dignidad de gentilhombre en la Corte de Felipe III (hacia 1609-1610).
Así mismo, vistió el hábito de la Orden de Santo Stefano de Toscana, y en 1596 era recibidor de la Orden en España. También fue comisionado en diversas ocasiones con motivos eclesiásticos por la Iglesia-Catedral abulense y el Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, de cuya hermandad fue patrono mayor en 1612.
Luis Pacheco de Espinosa, regidor en Ávila, parroquiano de la basílica de San Vicente, poseedor de una magnífica biblioteca y testigo de beatificaciones y de algunos traslados de cuerpos santos, escribió a principios del siglo XVII un manuscrito sumamente interesante sobre la iglesia de los Santos Mártires Vicente, Sabina y Cristeta, su arquitectura, imágenes, sepulturas, reliquias y cuerpos sagrados del interior (el de san Pedro del Barco, entre otros), recogiendo varias tradiciones y destacando el papel estelar del templo en el ámbito eclesiástico de la ciudad abulense.
Entre otros libros, escribió la “Segunda Leyenda de la muy noble, leal y antigua Ciudad de Auila” (1599, 1600, 1607); “Relación o entrada de los Reyes en la nouilisima e leal çiudad de Auila” (1600); “Libro de las Antigüedades de la ciudad de Auila”, c. 1600 (desapar.); “Memorial de San Pedro del Barco”, 1610 (desapar.); y “Epilogo de la antigüedad y grandezas del santuario de Nuestra Señora de Sonsoles”, 1612 (desapar.).
Tradiciòn universitaria
Baeza es una ciudad universitaria desde el siglo XVI al XIX, y lo es ahora con la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía. El centro original fue creado en 1538 por una bula del papa Pablo III.
Su primitiva ubicación se encontraba en el edificio de Atarazanas, donde actualmente se encuentra el Museo de Baeza. En aquel entonces apenas había una decena de universidades en España. Poco a poco, el centro fue ganando prestigio e incluso llegó a conocerse popularmente a Baeza como la “Salamanca andaluza”, ya que la ciudad castellana era la sede de la más prestigiosa universidad de la época.
Al mismo tiempo, en Ávila, el monasterio dominico de Santo Tomás se convirtió en 1505 en casa de estudios de teología, filosofía y lógica, y en 1515 se transformó en estudio general de la Orden de Predicadores. Y entre 1576 y 1807 funcionó como universidad Santo Tomás de Ávila, en la cual se graduó Melchor de Jovellanos. La capital hoy goza de un campus dependiente de la Universidad de Salamanca y otro de la Universidad Católica de Ávila.
Unidas por la literatura
La escritura de los poetas Antonio Machado, profesor en el Instituto de Baeza entre 1912 y 1919, y Federico García Lorca ofrecen interesantes puntos de encuentro entre Ávila y Baeza. Ávila es Castilla, y Castilla es el centro de su poemario Campos de Castilla.
Lo mismo que Castilla es el título del ensayo de Azorín a quien Machado le dedica uno de sus poemas. Y aunque Machado no visitó Ávila, sí que lo hicieron los autores contemporáneos con los que se carteaba (Azorín, Unamuno y Rubén Darío), a través de los cuales y de sus escritos supo de esta tierra.
En 1916, Federico García Lorca realiza un viaje de estudios a Baeza con los alumnos del profesor Martín Domínguez Berrueta, quien ocupaba la Cátedra de Teoría del Arte y Literatura en la Facultad de Letras de Granada –donde conoce a Antonio Machado-.
Fue una “excursión pedagógica”, un viaje de estudios ideado como modo de conocer, no por los libros, sino de primera mano, distintos lugares y obras de arte de nuestro país. En esta línea, en un segundo viaje a Baeza en junio de 1917, también con Domínguez Berrueta, Lorca escribe su primer poema: 'Canción. Ensueño y confusión'.
En aquel mismo viaje, en el mes de octubre de 1916, Lorca con Berrueta visitan Ávila, desde donde el poeta escribe a sus padres: "Ávila es enorme". Baeza recibió la visita de Lorca dos ocasiones más, en 1917 conoció a Machado, y en 1927 viajó son sus amigos de generación, José Bergamín, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Dámaso Alonso y Juan Chabás.
Años después le vemos en el parador abulense de Gredos leyendo Doña Rosita a la actriz Margarita Xirgu y al escritor Cipriano Rivas Cherif en 1935.
Por añadidura, de la pasión por las gentes y el paisaje histórico de Baeza y Ávila son los testimonios que nos dejó Camilo José Cela en Primer viaje andaluz (1951) y en Judíos, moros y cristianos (1956), respectivamente.
Semana Santa
También comparten las ciudades de Ávila y Baeza la grandiosidad de celebración festiva de la Semana Santa, la conmemoración cristiana anual de la pasión de Cristo. El reconocimiento a la singularidad y atractivo de esta fiesta ha merecido las declaraciones de Interés Turístico Internacional de la Semana Santa de Ávila, y de Interés Turístico Nacional la de Baeza.
En la rica imaginería de Baeza llama la atención el grupo escultórico del Calvario, realizado por Juan Luis Vasallo Parodi (1908-1986) para la cofradía del mismo nombre, una obra de las mejores muestras de la escultura religiosa de los años 60.
Vasallo realizó sus primeros estudios en Córdoba y Baeza, ciudades donde estuvo destinado su padre como profesor de la Escuela de Artes y Oficios.
En 1934, Vasallo es nombrado profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Ávila. Durante su estancia de dos años trabaja la piedra influenciado por el realismo castellano, labrando entonces las piezas Mujer abulense y Añoranza, obra con la que obtuvo una Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934. Décadas después, en 1971, Juan Luis Vasallo, junto con los arquitectos Diego Vega y José Manuel Vassallo, ganó en Ávila el concurso convocado para un monumento a Santa Teresa, el cual fue inaugurado en 1982.
Sedes de centros de las fuerzas de seguridad del estado
A la vinculación patrimonial de inicio se une el hecho de que ambas ciudades son sede de sendos centros docentes de las fuerzas de seguridad del Estado. La Escuela Nacional de Policía (ENP), en Ávila, y la Academia de la Guardia Civil (AGGC), en Baeza, con la coincidencia de que ambas instituciones fueron establecidas el mismo año, 1981.
Por lo tanto, se comparten numerosas circunstancias propiciadas por haber pasado por ambos centros más de 300.000 personas por las diversas promociones.
Dichos policías y guardias han contribuido al dinamismo económico de nuestras poblaciones con un impulso importante del sector servicios, pero lo que es mejor han contribuido al desarrollo de afectos entre los habitantes de nuestras poblaciones, y los jóvenes agentes y el hecho de vivir nuestras calles y monumentos ha propiciado en ellos una actitud de respeto y reconocimiento a los valores patrimoniales de nuestras ciudades y sus gentes.
Otros puntos se encuentro
A lo largo de los siglos, Baeza ha desempeñado un papel fundamental en la industria textil, integrándose en los circuitos de producción de algodón y seda, así como en la fabricación de paños y otras manufacturas. Este fue el fue motivo de la reciente exposición de tapices restaurados por la Real Fábrica, donde también se exhibieron recreaciones de técnicas de tejido tradicionales.
«De las lanas de ovejas, y carneros es también notable el interés y provecho que este reino tiene casi en todos sus lugares y poblaciones. Más en particular está la grosedad de este trato en la ciudad de Baeza» (Bartolomé Ximénez Patón, 1628).
En Ávila, por su parte, la importancia de su industria textil supuso que en 1670 se fabricasen seis mil paños catorcenos y dieciochenos, aunque décadas después dicha producción cayó a las trescientas piezas por la crísis de la lana.
Superada esta recesión, en el siglo XVIII se construye en Ávila, a orilla del río Adaja, la Real Fábrica de Algodón que se convirtió en un considerable centro de producción que marcó una época importante de la historia abulense, siendo el primer intento de industrialización del campo, como bien ha estudiado Gonzalo Martín García (La industria textil en Ávila durante la etapa final del Antiguo Régimen, 1989). Lástima que este intento de desarrollo evolucionara desde la producción de algodón en 1792, lana en 1808, lino en 1844, y harinas en 1850, hasta su desaparición incendiada en 1984.
En otro orden de cosas, se da la circunstancia de que en Baeza ejerció como médico tocólogo municipal durante cuatro años Fancisco Barnés González, hijo de Francisco Barnés Salinas, quien fue profesor y diputado por Ávila, y ministro republicano de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1933 y 1936.
El médico de Baeza fue un buen estudiante en el Instituto de Ávila, donde había llegado con 5 años con su familia. En esta tierra solía acompañar a su padre en campañas y eventos varios por la provincia, y aquí fue hecho prisionero en 1936, hasta que en 1938 fue liberado en un canje de prisioneros.
Finalmente, la música flamenca arraigó tanto en Baeza como en Ávila, de lo que han dado buen testimonio sus peñas. De Baeza eran el guitarrista Ángel Baeza y la bailaora Custodia Romero, quedando como historia viva el cantaor Juan García ‘Macareno’. En Ávila, la Peña Antonio Chacón fue la impulsora del cante, siendo su exponente internacional su hija adoptiva, la cantaora Carmen Linares, quien actuó en Baeza en 2018.
Puente | Lunes, 13 de Octubre de 2025 a las 22:00:54 horas
Pues que empiecen con los viajes del IMSERSO y del Club de los 60 para ir haciendo boca.
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