Ellas han sido este viernes las verdaderas protagonistas de la jornada, tras recibir la placa de pregoneras por parte del Ayuntamiento, han dedicado unas palabras a los abulenses en las que no solo han compartido su experiencia tras lograr el ascenso a 1ª Regional y el título de liga, también han puesto en valor competir en un deporte especialmente masculinizado. 

“Hoy no solo damos comienzo a un tiempo especial para la ciudad, sino que también queremos aprovechar este momento para representar a todas esas chicas, y en especial a las abulenses, que sienten pasión por el deporte y por el fútbol. Un deporte tradicionalmente representado por hombres, pero que afortunadamente cada vez somos más mujeres las que lo practicamos”, han asegurado las capitanas del equipo encargadas de pregonar las fiestas Marta Alonso y Patricia Hernández. 

Y es que estos logros como equipo “no han sido casualidad, ni suerte, ni magia”. Las jugadoras no olvidan lo que las costó: “Entrenos con frío, viajes eternos y equipos que no se lo pusieron fácil”. Pero lo hicieron, “como equipo, con ganas, y con ese corazón abulense que nunca se rinde”.

“Y hoy, en vez de estar defendiendo el área, estamos aquí, dando el pregón de nuestras fiestas”, han indicado, porque “como buenas abulenses”, saben “lo que toca esta semana: verbenas, peñas, conciertos y reencuentros” en unas fiestas que “son para todos”. 

Ilusión, respeto y compañerismo

“El deporte nos enseña que cada partido se juega con ilusión, respeto y compañerismo. Y eso mismo es lo que queremos para estas fiestas: que todo el mundo disfrute, que nadie se quede fuera, y que la victoria sea la alegría compartida”, han reivindicado. 

Un pregón en el que también han hecho honor a su edad adolescente, lanzando un guiño cómplice al público, concretamente a sus familiares: “Mamá, si estás escuchando esto, tranquila que volvemos pronto… (bueno..., no tanto)”, han bromeado. 

El acto ha concluido con un mensaje cargado de valores deportivos trasladados a la celebración: "Estas fiestas son para soltar todo lo que llevamos dentro: lo bueno, lo que no se cuenta, y lo que sí. Pero solo al día siguiente, con desayuno y quizá un poquito de resaca”.

Un cierre perfecto para un pregón que quedará en la memoria de Ávila, no solo por el ascenso deportivo, sino por el ejemplo de compañerismo, esfuerzo y orgullo abulense que han transmitido estas jóvenes campeonas.