Organizado por el Ayuntamiento de Ávila, en colaboración con diversas entidades, el festival ha comenzado por la mañana con una competición de skate, seguida del finger skate, y de scooter por la tarde, para culminar la jornada con una sesión de DJ Sets & Urban Sound a última hora.

El plato fuerte del festival ha sido la competición de skate, en la que los participantes han mostrado su destreza sobre la tabla con trucos clásicos como el ollie, el salto básico que permite al patinador elevarse con la tabla sin ayuda externa; el kickflip, la rotación completa de la tabla sobre su eje longitudinal mientras se mantiene el control aéreo; o el grind, en el que el skater desliza los ejes del monopatín sobre una barandilla o bordillo.

El jurado ha valorado tanto la dificultad técnica como la fluidez en los movimientos y la creatividad en la ejecución, aspectos esenciales en este deporte que combina equilibrio, precisión y una gran capacidad expresiva. La pista de la ribera del Adaja, con su combinación de bowls (cuencos cóncavos), rails (barandillas metálicas) y cajones, ha ofrecido su potencial a los participantes.

Habilidad en miniatura
Después ha sido el turno para el finger skate, una disciplina curiosa y muy seguida entre jóvenes, que traslada las mismas maniobras del skate convencional a una tabla en miniatura que se maneja con los dedos.

Los participantes han ejecutado tricks (trucos) de precisión sobre rampas y módulos a escala reducida, mostrando una coordinación sorprendente. Este tipo de competiciones son más recientes en el panorama urbano y en la cultura del skate.

Por la tarde, la atención se ha centrado en la competición de scooter freestyle, una modalidad en la que los riders (patinadores) han demostrado su pericia combinando velocidad, saltos y acrobacias.

Entre los movimientos más aplaudidos han destacado el tailwhip, que es la rotación completa de la base del patinete mientras el piloto se mantiene en el aire, y el barspin, que consiste en girar el manillar 360 grados durante el salto.

La prueba ha contado con la participación de jóvenes locales y otros llegados de otras provincias, además de un italiano, que ha convertido la pista en un punto de encuentro de la cultura urbana y la práctica deportiva. En skate, el ganador fue el abulense Pirata; en rondas Òscar, y, en principiantes, Junior. En finger skate, venció el abulense 'Alberto sombra', que, además, se llevó el Premio Best Trick. Y en scooter el ganador fue David Pintado; en la categoría profesional, el premio fue para Sergio Mayor y el Premio Best Trick fue para Jaime García.

El cierre del Ávila Urban Fest ha llegado con el Urban Sound, una sesión musical que ha tomado el relevo deportivo para prolongar el ambiente festivo hasta la noche con djs que han mezclado hip-hop, rap, trap y música electrónica.

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