Se trata de una tradición de origen zen sobre un muñeco al que, sin brazos ni piernas porque los perdió de tanto meditar refugiado en una cueva, se le pinta los ojos. El muñeco es de vistosos colores, pero las pupilas son blancas, ya que se le colorean con motivo de iniciar un trabajo y de culminarlo.

En mayo de 2012, cuando se anunció el nuevo camión, representantes institucionales y de Nissan le pintaron uno de los ojos, y este martes han procedido con el otro. La tradición marca que durante que ‘Daruma’ debe estar siempre a la vista para recordar el objetivo a cumplir.

Representantes institucionales y de Nissan han dado un toque en el ojo a ‘daruma’, junto a los tres empleados -una cuarta se encontraba de baja por maternidad- que lo hicieron hace dos años.

El muñeco japonés ha puesto colorido a una mañana en la que la factoría inaugurada en 1959 se ha vestido de gala y ha alterado el habitual ritmo de producción.

Numerosos visitantes de múltiples procedencias se han reunido para el acto: además de los europeos tanto de Nissan como de sus socios de Renault Trucks, los japoneses del país de origen y los chinos de DFAC (Donfeng Motor Group) la compañía con la han llegado a un acuerdo para suministrar piezas para el NT500: el español se escuchaba junto al inglés, el japonés, el chino y el catalán del equipo organizativo procedente de la sede barcelonesa de Nissan.