El evento arrancó el sábado tras un paseo de kilómetro y medio por el bosque, declarado reserva natural. Durante la primera parte, Parra ha abordado la interrelación entre simbología, mundo onírico y poesía: “Pensamiento en imágenes. He abordado los símbolos y los principales autores, escuelas y manifestaciones, como Eranos”, ha explicado.

Por la tarde, ya en el cerro, ha tenido lugar una visita guiada a la colección permanente, dirigida a quienes aún no la conocían. A continuación, los autores han presentado sus últimas creaciones. Tomaso Hernández ha expuesto ‘Recuerda, morirás’, una instalación escultórica situada en la cima oeste que transforma el paisaje en un “campanario abierto al cielo”. Según el autor, “la sombra del tronco central, erguido como una aguja de luz, marca el paso del tiempo sobre la tierra”, mientras las campanas suenan “al compás del aire”. La obra invoca el concepto ‘memento mori’ como “invitación lúcida a la vida”, y constituye un homenaje sensorial a la memoria y la conciencia.

Por su parte, Carlos de Gredos, el promotor del museo, ha presentado su proyecto ‘Física sobrenatural. 2010–2025’, un poema visual esculpido en las dos caras principales de una gran roca de granito. En la cara iluminada se ha tallado la palabra ‘Natural’, formada por los términos “natal” y “ur” (agua, en euskera), para simbolizar el origen y la conexión vital con el entorno. “Eso ya lo sabíamos, pero ahora constatamos que la palabra lo evidencia”, ha señalado el autor. La cara en sombra, aún más frondosa, completa una intervención que busca reconciliar lenguaje, paisaje y espiritualidad, culminando un proceso creativo de 15 años.