Según ha informado la organización, el verano “ha transcurrido con total normalidad y sin ningún sobresalto”, a pesar de que el inicio de la estancia se produjo con cierto retraso. La satisfacción por la experiencia vivida convive este año con una profunda preocupación por la continuidad del programa debido a las dificultades económicas que han impedido su ampliación.

La edición de este año ha contado con un ocho, número reducido de participantes en comparación con anteriores veranos. “Este año ya no pudimos ampliar el programa, es más, tuvimos que reducirlo debido a las dificultades económicas para poder traer a los niños”, ha señalado la asociación, que ha destacado que únicamente “el esfuerzo de la asociación, las familias, la ayuda de la Junta de Castilla y León y de la Fundación La Caixa lo han hecho posible”.

El programa, que lleva años desarrollándose en la provincia, permite que menores procedentes de los campamentos de refugiados saharauis puedan pasar el verano en un entorno diferente, creando vínculos con las familias de acogida y dando visibilidad a la situación del pueblo saharaui.

Desde la asociación han lamentado la escasa ayuda de las instituciones de la provincia, que “ha ido menguando en los últimos años” y que este verano se ha limitado únicamente a “una pequeña ayuda del Ayuntamiento de Ávila”. Esta falta de respaldo contrasta con el apoyo recibido en otras provincias de Castilla y León, donde el programa cuenta con mayores recursos.

“Nos hace estar tremendamente preocupados por lo que pueda pasar el próximo año con el programa ‘Vacaciones en paz’”, han advertido, subrayando que este proyecto ha permitido durante años a niños saharauis disfrutar de un verano lejos del desierto y fortalecer la conciencia social sobre la situación que vive su pueblo desde hace casi cinco décadas.