El montaje, en el patio del Episcopio, es un caleidoscopio de sonidos, colores y texturas que reflejan el paso del tiempo y la forma en que nos transformamos junto a los demás. La escenografía y la música en directo evocan tanto la frescura de los primeros juegos como la urgencia de perseguir un “conejo blanco” que se escapa cuando el tiempo deja de ser infinito. El círculo se abre, se estrecha, fluye o se quiebra, como las propias relaciones humanas.

La música y los colores son los protagonistas de la obra del Festival Internacional de Circo Cir&Co, guiando al público a mantenerse atento a cada detalle en el escenario. Melodías reconocibles se presentan en versiones distintas, ofreciendo una experiencia fresca y sorprendente. Los primeros minutos de la actuación resultaron algo difíciles de interpretar, pero a medida que avanzaba el espectáculo, la historia se volvía más clara. A través de acrobacias con el aro y juegos compartidos entre los tres intérpretes, la obra evoca temas universales como la amistad, el crecimiento y la nostalgia. La presencia del DJ enriquece aún más la experiencia, vistiendo un llamativo atuendo plateado que añade un toque visual sorprendente al espectáculo.

La decoración del vestuario, los cuadrados del suelo repletos de colores y formas, y el propio escenario conforman una pieza que transmite el mensaje de la obra de manera contundente. Con una clara reminiscencia noventera y guiños a toda una generación, el espectáculo combina la idea de la amistad grupal con la búsqueda de la identidad individual. 'El Círculo'  es un espectáculo eléctrico, en constante evolución, donde los cambios de espacio, carácter y movimiento corporal reflejan de manera sutil la noción del paso del tiempo que atraviesa a cada personaje y al público.