Ha sido una pieza escénica creada por Francesca Fioraso y Eva Campanaro, y su interpretación se ha llevado a cabo mediante técnicas de equilibrio en el cable, la giocolería y mazas.  Una actuación que se ha contemplado en silencio prácticamente durante toda la función, mostrando en escena un auténtico control corporal y cargado de humor. El carácter de actuación ha transmitido intensidad constante, con poco material y con las dos mujeres protagonistas demostrando su equilibrio y fuerza y corporal. 

La obra ha inundado el Episcopio de sensibilidad y exploración emocional, y que ha calado y ha captado a los espectadores, pues la simbología de la actuación se ha dejado entrever al final: 15 años de amistad y la necesidad de confiar la una en la otra. Siguiendo un ritmo poético e íntimo, las artistas se expresaban con su cuerpo y algunos gestos entre ellas, mostrando su amistad, tomando, incluso,  una copa de vino, que ofrecieron al terminar al público.