Día Domingo, 26 de Octubre de 2025
Unas 25 personas de la Asociación La Moraña Stop Biometano han recorrido este lunes los terrenos a los que afectaría la macroplanta de gas metano en Arévalo, denunciando su impacto ambiental y la amenaza para los municipios cercanos.
La actividad ha comenzado en las inmediaciones de la Sociedad Cooperativa Tierra de Arévalo, principal empresa perjudicada si la macroplanta de gas metano se instala en la zona.
Allí se han reunido unas 25 personas que, en seis coches, han iniciado la ruta programada por Luis José Martín García-Sancho, ornitólogo arevalense y conocedor de la zona y su fauna como la palma de su mano.
Él ha sido el guía de toda la actividad y la primera parada no podía ser otra que la parcela donde está prevista la instalación de esta mastodóntica planta de gas metano que procesará más de
300.000 toneladas de residuos cada año.
Allí se ha comprobado cómo la elección de este lugar no es casual. Desde la misma parcela se ha podido observar la cercanía a los municipios como Arévalo, Aldeaseca o Magazos, así como los escasos metros que la separarán de una empresa consolidada en La Moraña, como es Tierra de Arévalo.
También se han observado los vientos dominantes en dirección Arévalo, casi exclusivos durante todo el año, la tubería de agua potable que pasa por la misma parcela y que sumunistra agua a los pueblos de la zona y la dirección de las escorrentías de deshechos de la propia planta que llegarían a zonas húmedas con mucha biodiversidad -también visitadas en la ruta-, destruyendo todo el ecosistema y contaminando los ya maltratados acuíferos.
Aguas
Las siguientes paradas han sido dos zonas húmedas: Laguna del Lavajuelo, con agua o sin ella dependiendo del año, y Lavajos de Los Ejidos, con vida en sus aguas y donde Luis José ha contado las numerosas aves acuáticas que las habitan. A través de la Asociación La Alhóndiga de Arévalo, ya se presentó una detallada propuesta de recuperación de estos dos importantes humedales a la Confederación Hidrográfica del Duero.
El siguiente punto ha sido los Pinares del Nigal, donde se han observado los más de 30 nidos de cigüeña -ya vacíos- construidos en los pinos de una manera absolutamente sorprendente, ya que lo común es verlos en construcciones de mayor altura como los campanarios de las iglesias.
Y el punto final de la actividad ha sido la Charca del Nigal dentro del mismo pinar, donde se ha tenido la suerte de ver y escuchar al abejaruco, ave que llama mucho la atención por tener todos los colores del arco iris en su plumaje.
Una vez en la parada final de la actividad, se ha valorado muy positivamente la misma, a pesar del calor y se han lanzado varias ideas. Una de ellas es volver a citarnos en otra época del año donde la diversidad de aves sea mayor y por tanto más espectacular, porque entre otras muchas cosas. Se ha conocido que en esta zona hay más de 100 aves censadas por el propio Luis José, algunas de ellas en peligro de extinción o amenazadas.
Desde la asociación denuncian que la ruta ha servido “para poner en valor La Moraña, su desconocido ecoturismo y por supuesto, seguir defendiendo el agua, la tierra, la vida y la salud por encima de cualquier otro interés que arrasaría con todo”.





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