Su espíritu emprendedor la llevó a abrir su propio negocio hace unos meses, con tan solo 23 años, dejando atrás la rutina de trabajar para otros y decidiendo luchar por un sueño propio.

“La idea surgió un día cualquiera”, cuenta. Tras años de esfuerzo en diferentes restaurantes, sintió que era el momento de invertir esa energía en algo que realmente le perteneciera. Así nació La Chula, un espacio que refleja su pasión, su dedicación y una esencia única: el amor por cada detalle.

¿Qué hace especial a este restaurante? Según asegura, el secreto está en el cariño con el que se prepara cada evento: "desde un bautizo hasta una despedida de soltera, cuidamos cada detalle como si fuera para nosotros mismos". El boca a boca ha sido clave en su éxito, consolidando al restaurante como un referente en eventos personalizados en Ávila.

Sin embargo, el camino no ha estado exento de desafíos. Ser joven, mujer y de origen marroquí ha supuesto enfrentar prejuicios: "a veces, algunos clientes entran, me ven con el pañuelo y se marchan. Al principio me afectaba, pero aprendí a enfocarme en quienes valoran mi trabajo". 

Aunque reconoce que existe “gente maravillosa”, también se pregunta por qué el rechazo de los demás: “¿No me decían que tenía que luchar, trabajar y levantar España? Yo soy de esas personas que levanta la persiana todos los días. Es lo que queríais. Pero cuando te ven haciéndolo dicen, se pregunta porque tú y no mi hijo, por ejemplo”.

Por ello, Nada destaca el apoyo recibido de antiguos profesores, compañeros de colegio y clientes habituales, quienes han sido un pilar en su trayectoria. Con un equipo de 11 empleados, la mayoría jóvenes estudiantes, ha creado un ambiente de compañerismo y respeto mutuo. La carta del restaurante combina la tradición abulense con sutiles toques de especias marroquíes, ofreciendo desde platos típicos locales hasta sugerencias diarias internacionales.

¿Y el futuro? Ella lo tiene claro: "Me encantaría organizar bodas y darle vida a la discoteca que tenemos en el local. Cada ingreso que obtenemos lo reinvierto para mejorar". Su visión es seguir creciendo, manteniendo la esencia que ha hecho de La Chula un rincón especial en Ávila.

Nada Lakhal es, sin duda, un ejemplo de perseverancia, pasión y la mejor prueba de que los sueños se construyen con esfuerzo y mucho corazón.