Cautar, de 20 años, nació y creció en Ávila. Estudiante de la rama sanitaria, aunque desde hace unos meses compagina sus clases con la atención de este negocio. Su hermana Mariem, de 36 años, nació en Marruecos, vive en Ávila y es madre soltera de cuatro hijos. 

La idea del negocio, Perfumería Velours, ubicada en la calle Sor María San José; partió de Mariem, que quería tener algo propio. “Al principio pensé que estaba un poco loca”, confiesa entre risas Cautar, “pero me uní a la aventura y juntas decidimos abrir algo diferente en Ávila”.

Al principio barajaron otras opciones, incluso relacionadas con la cocina, pero descartaron la idea por la abundancia de restaurantes en la ciudad. Apostaron entonces por un concepto que ambas aman: la perfumería y la cosmética árabe, con perfumes elaborados a base de aceites muy concentrados y productos naturales. 

“La diferencia con otros perfumes es la intensidad, la duración y, sobre todo, el precio. Aquí lo más caro que encontrarás son 60 euros, cuando en marcas convencionales puede superar los 100”, explican.

El comienzo no fue sencillo. Por su juventud, por la falta de experiencia y, como reconocen, también por ser mujeres árabes emprendiendo en una ciudad pequeña. Sin embargo, también encontraron facilidades: el local llegó rápido y la propietaria, también mujer, las apoyó desde el primer momento.

La conciliación es un reto diario. Cautar trabaja a media jornada y dedica las mañanas a la tienda; Mariem la atiende por las tardes, combinando el negocio con su otro empleo y el cuidado de sus cuatro hijos. “Es difícil, pero nos entendemos y ayudamos mucho entre nosotras”, señalan.

La respuesta del público ha sido, en general, muy positiva. Ya cuentan con clientes fijos que valoran la duración de las fragancias y el ahorro que suponen. Aun así, admiten que algunos estereotipos frenan a ciertas personas. 

“Una vez, una señora pasó por la tienda, leyó ‘Perfumes árabes’ y dijo: ¿perfumes árabes?, ¡ya lo que faltaba!. Nos lo tomamos con humor, pero es una pena que los prejuicios les impidan probar un producto de calidad”, comenta Cautar.

Lejos de desanimarse, las hermanas El Mourabit ya piensan en el futuro. “Queremos expandirnos y abrir una segunda tienda. Pero el lugar aún es sorpresa”, anuncian con una sonrisa cómplice. 

Mientras tanto, siguen perfumando Ávila con aromas que traen un pedacito de cultura árabe y una historia de emprendimiento que apenas está comenzando.