Del Miércoles, 22 de Octubre de 2025 al Domingo, 26 de Octubre de 2025
A sus 33 años, Óscar Moñivas es mucho más que un joven empresario abulense: es el alma detrás de un salón de peluquería que ha logrado convertirse en un punto de encuentro donde el cuidado del cabello se mezcla con la cercanía y la confianza.
Natural de Ávila, siempre lo ha tenido claro -aunque sin saberlo del todo al principio- que su vida giraría en torno a las tijeras y los tintes: “Desde pequeño jugaba con las muñecas de mi hermana”, recuerda. Su paso por el grado de peluquería marcó un antes y un después: comenzó a trabajar en una peluquería y descubrió que aquello no era solo un oficio, sino una pasión.
Con apenas 23 años, y un carácter tan impulsivo como decidido, se lanzó a abrir su propio salón en Ávila: “Quien no arriesga, no gana”, porque “tiempo para volver a trabajar para otros, tenía toda la vida”, le dijo a su madre cuando ella, preocupada, le advirtió que quizá era demasiado joven.
Sin ayudas institucionales y con el único respaldo de su madre, inauguró su primer local. El éxito le llevó, años después, a mudarse a uno más grande, siempre en su ciudad natal: “Ávila es mi ciudad y se vive bien. La verdad es que yo hago las cosas según se me pasan por la cabeza. Soy muy impulsivo, quizá demasiado”.
Como en casa
Su negocio, ubicado en la calle Las Eras, 8; no es una peluquería cualquiera: “Aquí la gente se siente en casa”, explica. Lejos de los tópicos del cotilleo, en su salón se respira un ambiente de confianza mutua. La mayoría de sus clientes acaban siendo amigos, y la relación es un intercambio constante: ellos reciben asesoramiento y él, muchas veces, también consejos y apoyo.
“Allí los clientes van, el 98% se siente en casa. Pero no solo hacemos nosotros de psicólogos, muchas veces son los clientes quienes nos ayudan un montón. Llegamos a hacer muchísimas amistades gracias a la peluquería”, confiesa.
Y es que tras varios años, no está solo. Su equipo es, según él, fundamental para que todo funcione: “Hemos acabado formando un equipo que, sin ese equipo, Salón Óscar Moñivas, no funcionaría. Las dos personas que somos ahora mismo, son mi mano derecha".
Conciliar el negocio con su vida personal ha sido otra de sus metas. “Decidí que el salón me diera de vivir a mí, no al revés”, afirma. Con horarios bien pensados, vacaciones planificadas y una intensa vida social, evita caer en la trampa de vivir solo para trabajar.
Su filosofía es sencilla: trabajar lo justo para poder vivir bien y disfrutar. Esa forma de entender la profesión, unida a su trato cercano y su puntualidad, es lo que, según él, hace especial a su establecimiento.
De cara al futuro, sus planes inmediatos siguen ligados a Ávila: “me queda mucha hipoteca”, confiesa entre risas, pero sueña con delegar más para, algún día, vivir fuera.
Mientras tanto, sigue construyendo, día a día, un espacio que es mucho más que una peluquería: es un lugar donde los clientes se sienten en familia y donde, a base de pasión y trabajo, un joven abulense convirtió su impulso en un proyecto de vida.
![[Img #161372]](https://avilared.com/upload/images/08_2025/2136_oscar-monivas-peluquero-avila-1.jpg)





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