Así lo ha reconocido el director técnico de extinción, Francisco Bolaños, que lo achaca a la “meteorología cambiante” prevista para tarde, con un incremento de las temperaturas y la presencia de viento como factores de riesgo.

Bolaños ha explicado que el planteamiento técnico se basa en “la defensa de las poblaciones, en evitar que en la medida de lo posible crezca el perímetro del incendio y en anticiparse a lo que pueda hacer el fuego, teniendo en cuenta las previsiones de los analistas, para establecer tácticas y acciones que permiten ir unos pasos por delante”.

El director técnico ha señalado que las estrategias varían en función de cada zona, combinando “ataque directo” en algunos puntos e “indirectos” en otros, una forma de actuar que “en la medida de lo posible está funcionando”.

Sin cifras
Después de que el martes se estimaran unas 600 hectáreas afectadas y análisis a partir de los puntos calientes cifran en 3.000 las hectáreas arrasadas, Bolaños ha evitado dar nuevas cifras de superficie arrasada porque “el incendio sigue creciendo en superficie y por eso no está controlado”.

El técnico ha subrayado que el operativo se enfrenta a “varios puntos complicados” que amenazan con extenderse hacia “las cumbres de Gredos” y los “entornos de los pueblos”. “No hay una sensación de que haya ningún sitio fácil en ningún punto del perímetro”, ha relatado.

Preguntado sobre si El Arenal continuará confinado, Bolaños ha explicado que la decisión dependerá de la evolución del incendio: “Tenemos por delante la peor de las situaciones meteorológicas, que es cuando vaya subiendo las temperaturas y arrecie el viento”.

Aunque ha aclarado que actualmente “no hay ningún pueblo con un riesgo especialmente significativo”, ha insistido en que “la prioridad del dispositivo es la defensa a las poblaciones”.