La operación ha sido fruto de la coordinación entre los agentes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Ávila y de la Comisaría del Distrito de Chamartín (Madrid).

Durante la investigación, los agentes de Ávila analizaron y contrastaron numerosas imágenes de cámaras de seguridad, lo que permitió detener a dos varones e identificar a una mujer como presuntos responsables del robo. Después, miembros del cuerpo en Chamartín procedieron a su detención, siendo puestos a disposición judicial.

La Policía nacional ha podido determinar que los arrestados formarían parte de "un grupo criminal perfectamente organizado", especializado en delitos contra el patrimonio". Todos ellos actuaban supuestamente "de forma coordinada y profesional", desplazándose de manera itinerante con coches de alquiler por distintos puntos del territorio nacional para cometer diferentes ilícitos penales, entre ellos hurtos, robos con fuerza y robos con violencia.

Durante las actuaciones policiales, les han sido intervenidas numerosas joyas cuya procedencia no pudieron acreditar, así como herramientas utilizadas habitualmente para cometer delitos.

La investigación también ha puesto de relieve un "claro reparto de funciones" entre los miembros del grupo, lo que "refuerza la hipótesis de una estructura delictiva organizada".