Finalizados los actos religiosos, el Ayuntamiento invitó a todos los asistentes a un convite popular. Uno de los momentos destacados de las fiestas tuvo lugar el 16 de julio con la inauguración de un mural en la fachada del edificio consistorial. La obra, realizada por el artista Daniel Martín, representa dos manos que se tocan como símbolo de encuentro y apoyo entre generaciones y vecinos. El proyecto ha contado con financiación procedente del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

La naturaleza también ha sido protagonista de las celebraciones. El día 17 se llevó a cabo una acción de voluntariado ambiental en la que se instalaron diez cajas nido para cernícalos en distintos puntos del municipio. La iniciativa tuvo como objetivo fomentar la biodiversidad local y favorecer el asentamiento de esta ave rapaz. La actividad se completó con una charla-coloquio en la que se subrayó la importancia de sensibilizar a todos los colectivos sobre el valor de la fauna autóctona.

El día 18, en colaboración con el proyecto Life IP Duero los vecinos pudieron conocer más sobre el río Zapardiel y su entorno natural. A través de diversas actividades, la iniciativa puso en valor la importancia de conservar el ecosistema local y su biodiversidad.

También, el día 19, se celebró la charla ‘Conoce tu iglesia’, una propuesta que acercó al público a la historia del templo local. Durante la actividad, se ofrecieron explicaciones sobre sus bienes, los retablos que alberga y diversos elementos de valor histórico y artístico poco conocidos por buena parte de los vecinos.

A lo largo de todos estos días, las fiestas se han completado con un animado torneo de pádel, un vermú musical, la tradicional paella popular, actuaciones musicales para todos los gustos y toboganes de agua que hicieron las delicias de jóvenes y mayores.