Y es que muchos de ellos han crecido y han marchado a la universidad, y otros lo dejan en segundo de Bachillerato porque los estudios requieren más tiempo. En torno a ello la arqueóloga municipal, Rosa Ruiz, que define la iniciativa como un modo de “sensibilizar a los más jóvenes en la protección, difusión y conservación del patrimonio”.

Hasta 42 patrimonios han pasado por el grupo, habiendo sido 2010 cuando hubo más, con 28. Ahora son ocho, muy activos, y quieren incorporar nuevos miembros, algunos de ellos han acudido el sábado a una jornada de puertas abiertas al Centro de Recepción de Visitantes.

Borja Arias, de 20 años y patrimonito desde el comienzo del grupo, anima a participar. Los patrimonitos se familiarizan con el patrimonio y la historia de la ciudad y luego se la acercan a grupos muy concretos de visitantes, a la vez que participan en actividades. “Siempre con referencia a una ciudad Patrimonio de la Humanidad, un sitio único en el mundo”, asegura.

En otros lugares son colegios los que se vinculan al programa, mientras que en Ávila lo puede hacer cualquier chaval de entre 14 y 17 años (se reúnen todos los sábados a las 16 horas en La Casa de las Ideas).

La reducción de patrimonitos se achaca al descenso de estudiantes y a la cantidad de actividades extraescolares que tienen hacer fuera del horario escolar. Según la concejala de Patrimonio, Beatriz Jiménez, “el problema es captarlos, no mantenerlos”, dice después de las visitas a centros escolares para animar a unirse al grupo.