El evento, que combinó el sábado actividades lúdicas y actuaciones musicales, logró una gran participación y supone un nuevo impulso para un proyecto sanitario que sigue en marcha en el país africano, según Emilio Burguillo, promotor de la asociación.

La jornada contó con castillos hinchables, espectáculos de magia y música en directo. “La gente disfrutó muchísimo: los juegos de niños, la magia del mago Miguel y sus amigos, la música y los regalos de los sorteos hicieron disfrutar muchísimo al personal hasta las doce de la noche”, explicó Burguillo, que se mostró agradecido por la implicación y el “gran éxito de convocatoria”, además de estar “muy orgulloso de ver toda la gente que quiere a Ángel”, el médico impulsor del proyecto ugandés: “Ángel simplemente es un ángel, nos tiene ganados a todos y trabajamos lo que haga falta para que él vea su sueño hecho realidad”.

Empujón solidario
La clínica, que se encuentra actualmente a medio construir, es uno de los principales proyectos que apoya Amporni fuera de Marruecos, país al que dirigen sus expediciones, al que se va a poder dar “otro empujón bueno”.

La actividad fue posible gracias al compromiso de numerosas personas voluntarias y a la colaboración del Ayuntamiento de Santa María del Cubillo, del que depende Blascoeles. “Solo puedo dar gracias a todas las personas que han hecho posible la realización del evento, a todo el pueblo de Blascoeles y al resto de personas por su compromiso, así como al Ayuntamiento por su disponibilidad”, ha expresado Burguillo.

Más allá de Uganda, Amporni mantiene su foco solidario en Marruecos, donde lleva años realizando caravanas anuales con material humanitario, escolar y sanitario. La próxima partida está ya en marcha y tendrá lugar el 21 de septiembre.

En la próxima expedición, “además de ropa, calzado y material escolar, llevaremos una silla de ruedas para un chico de Erfoud, que le va a facilitar la autonomía y la vida profundamente”. El viaje también incluirá la entrega de equipaciones deportivas para asociaciones locales de Tilourine, en la conocida ruta de los monumentos, así como máquinas de coser para una entidad que atiende a niños y forma a sus madres en oficios.

Además, como en anteriores ocasiones, los voluntarios intervendrán sobre el terreno con actuaciones diversas en pistas deportivas, escuelas, aldeas y familias nómadas, adaptándose a las necesidades que detecten durante el recorrido. “En Amporni nos gustan los retos”, ha destacado su responsable, subrayando el carácter humanitario y flexible de cada intervención.