España ha pasado buena parte del último siglo jurando amor eterno al ladrillo, pero 2025 está dejando un titular que hace unos años habría parecido ciencia-ficción. Los tokens se suben al mismo podio que la vivienda como objeto de deseo de los ahorradores particulares.

Según la última encuesta de Fidelity a 1.000 inversores españoles, un 19% considera que las criptomonedas son una buena oportunidad de compra de aquí a doce meses, frente al 20% que sigue apostando por el ladrillo. No hablamos de modas pasajeras, la pugna refleja una transformación estructural de hábitos, tecnología y, sobre todo, mentalidad financiera.

Del euro al satoshi: El inversor español descubre las cripto

El mapa del ahorro doméstico está mutando a toda velocidad. Hasta ahora, más del 80% de la riqueza de las familias se asentaba en inmuebles y apenas una quinta parte en activos financieros. De hecho, el patrimonio inmobiliario de los hogares equivale al 565% de su renta bruta disponible, muy por encima del 373% que promedia la eurozona.

Sin embargo, 2025 ha traído nuevos datos. La caída de los depósitos tradicionalmente preferidos y el salto cuantitativo de la renta variable, con los criptoactivos como gran novedad. Pero la adopción no es puramente financiera. Cada vez resulta más habitual pagar una cena vía lightning o recargar la tarjeta prepago en USDC.

Y en el ocio digital se percibe aún mejor el cambio. Basta con abrir cualquier plataforma de e-sports o casas de apuestas con criptomonedas para comprobar cómo los depósitos en Bitcoin o stablecoins han pasado de ser anécdota a una alternativa tan natural como la tarjeta de débito.

El porcentaje de usuarios españoles que elige cripto para jugar o apostar crece, especialmente entre los 25 y los 40 años. El termómetro estadístico muestra cuánto ha calado este giro. La misma encuesta de Fidelity sitúa a la bolsa como primera opción de inversión anual.

Seguida de los bonos, y, empatado con el ladrillo, los criptoactivos. El dato encaja con la radiografía del perfil cripto elaborada por Criptan, donde la inversión media por persona ronda ya los 3.100 euros. Aunque la cifra pueda parecer modesta frente al ticket medio inmobiliario, demuestra que millones de españoles han dado el paso hacia las criptos.

Liquidez 24/7 y liquidaciones en minutos, frente a las semanas que puede exigir una venta inmobiliaria, es lo primero que los inversores ven de ventaja. Pero, además, hay el umbral de entrada bajo. Desde cinco euros, cualquier residente puede exponerse a Bitcoin o a un ETF de ether.

Ya la compra de vivienda sigue requiriendo un esfuerzo medio superior al 34% anual de ingresos solo para pagar la hipoteca. La percepción, todavía incipiente, de que Bitcoin podría llegar a comportarse como cobertura ante shocks macroeconómicos también es un atractivo, y que firmas como DWS empiezan a tomar en serio.

De la hipoteca al token: Cómo funciona la propiedad fraccionada

Quien haya crecido con la idea de que la casa nunca pierde descubre hoy un tablero mucho más complejo. El patrimonio inmobiliario de los hogares españoles sigue pesando en su renta bruta disponible, sin embargo, la parte financiera del ahorro apenas roza el 20%.

Esa concentración, unida a la escalada del precio de la vivienda, en ciudades medias como Ávila, algunos pisos se venden en menos de una semana y el alquiler tiene ya 35 interesados por cada vivienda, está empujando a muchos ahorradores a buscar vías de diversificación.

La gran palanca es la tokenización, es decir, convertir derechos sobre un activo físico (un piso, un local, un hotel) en participaciones digitales negociables 24/7. El Banco de Pagos Internacionales acaba de calificarla como innovación transformadora en su Annual Economic Report 2025.

Eso al abrir paso a plataformas unificadas que integren dinero bancario, bonos públicos y activos reales en el mismo libro contable digital. En España, la teoría ya tiene ejemplos tangibles. Reental permite entrar en un proyecto inmobiliario residencial desde 100 euros, suma 22.500 usuarios y ha tokenizado 67 millones de euros en 93 operaciones.

Siendo 60 de ellas en territorio español. La fintech prepara además una ampliación de capital de hasta diez millones para seguir creciendo en 2026. Otra pionera, Brickken, presume de un marketplace donde cualquier promotor puede fraccionar su inmueble, mejorar liquidez y automatizar la gestión vía smart contracts.

Su informe de 2025 subraya que los tickets medios se han reducido un 85% desde 2022 gracias a la propiedad fraccionada. Con el Euríbor estabilizado en menos del 3% y el coste hipotecario todavía alto, los analistas inmobiliarios prevén que la vivienda libre suba entre un 4% y un 5% en 2025, muy por debajo del 12% interanual visto en el primer trimestre.

Si esa moderación coincide con una oferta creciente de tokens respaldados por activos reales y un marco MiCA plenamente operativo, España podría vivir en 2026 algo inédito. Donde la ventaja del ladrillo, seguridad y tangibilidad, se combine con la liquidez y la fracción mínima de la inversión digital.