Del Martes, 30 de Septiembre de 2025 al Sábado, 04 de Octubre de 2025
En el número 7 de la calle Burgohondo, en Ávila, un local con estética urbana y ambiente cercano ha logrado posicionarse como uno de los referentes para los jóvenes que apuestan por cuidar su imagen: Barber Studio.
Al frente se encuentra Juan Marín, un barbero autodidacta que, tras más de una década formándose por cuenta propia ha hecho del estilo y la confianza sus principales señas de identidad.
“Empecé hace unos 13 años, porque el peluquero al que iba nunca estaba disponible o me hacía esperar mucho”, recuerda. “Me compré una maquinita en Carrefour y empecé a pelarme yo y a mi hermano, y siempre lo tuve como un hobby”. El salto profesional llegó con un motivo muy personal: “Decidí abrir mi propio establecimiento cuando me enteré de que iba a ser padre. Dije: ‘tengo que trabajar’”.
Corte y barba
Los servicios más solicitados en Barber Studio reflejan las nuevas rutinas de autocuidado de las generaciones más jóvenes. “Ahora el corte y el diseño de barba es lo que más piden, perfilamos bien, marcamos líneas limpias, todo bien definido”, explica Marín, que destaca cómo ha cambiado la frecuencia con la que acude la clientela: “Antes la gente iba cada bastante tiempo, ahora hay jóvenes que vienen cada 15 días y algunos cada semana”.
La motivación va más allá del aspecto estético. “Quieren estar bien, guapos, cuidar su imagen. Representan una imagen hacia los demás y eso les importa”, afirma. “Esta nueva generación es más vanidosa, y también más constante en el cuidado personal”.
Juan Marín no solo ofrece cortes y arreglos de barba. También se ha especializado en colorimetría, una técnica que permite jugar con los tonos y personalizar al máximo el estilo de cada cliente. “Soy experto en colores fantasía y trabajo con rosas, fucsias, morados…”, señala, una opción que gana cada vez más adeptos entre quienes buscan diferenciarse.
El seguimiento de las últimas tendencias forma parte de su día a día. “Estoy al tanto por redes sociales, viendo qué se lleva en TikTok o Instagram. Y también me formo, hago cursos online, sobre todo visuales, con nuevas técnicas”, cuenta. Este aprendizaje constante se traduce en un servicio actualizado y atractivo para un público exigente.
Clientela diversa
Aunque el perfil mayoritario de clientes se sitúa entre los 15 y los 35 años, el abanico es amplio. “Tenemos bebés, jóvenes, adultos y también gente mayor, porque en este barrio hay personas de todas las edades”, afirma Marín, que insiste en el trato cercano como elemento diferenciador. “Todos ofrecemos lo mismo y decimos lo mismo, pero si vienen a ti es porque quieren algo más. Yo intento dar cercanía, asesorar en cortes, barbas, peinados, productos… En resumen, generar confianza”, asegura.
Esa confianza se traduce en fidelidad. “La gente va cogiendo confianza y siempre suele escoger al mismo barbero. Uno de sus clientes habituales es el dj Paul Jess.
El trabajo de Barber Studio no termina con el corte. Parte del sello de la casa consiste en compartir resultados en redes sociales, generando una comunidad digital que también actúa como escaparate. “Lo mejor es la sonrisa que se les queda cuando les enseñas el corte, y así, cuando queda muy perfecto, hacemos una foto y la subimos a nuestras redes”, explica Juan Marín. Su deseo se resume en que los clientes "salgan muy contentos, bien estilizados y bien peinado".
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