Del Sábado, 06 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
El 25 de junio fue un día muy especial para Guillermo Hernández ya que cumplía la redonda cifra de 100 años de vida, muy bien llevados, ya que, aunque tiene problemas de movilidad y algunos achaques, conserva una envidiable memoria.
Así, comentaba que nació en 1925 en El Mirón, (Ávila), y que sus padres, Valero y Justa, eran agricultores. Cuando acabó el servicio militar, como el trabajo del campo era muy duro y se sacaba poco rendimiento, pensó en hacerse caminero, ya que por entonces sacaron unas plazas de la Diputación. Aprobó la oposición con el número 1 y le dieron la carretera de El Mirón a Aldealabad del Mirón, hasta que lo trasladaron a El Barco de Ávila, donde se instaló. Más tarde fue capataz, siendo encargado durante muchos años, del partido de El Barco y Piedrahita, hasta su jubilación. También recuerda perfectamente el día en que fue a Madrid, en diciembre de 1988 para recibir la Medalla de Honor de Bronce que le otorgó la Asociación Española de Carretera por los relevantes servicios prestados a las carreteras españolas como caminero. Cuando aún estaba prestando servicio en las vías de El Mirón, se casó con Esperanza Vaquero, de la que enviudó hace trece años y con la que ha tenido tres hijos, Valero, Pilar y Joaquín, que, con sus respectivos cónyuges, le han dado ocho nietos y nueve biznietos.
Desde primera hora de la mañana del miércoles, ya empezó a recibir felicitaciones y el cariño de familiares y amigos. Por la tarde tuvo lugar un emotivo acto en la residencia de Mayores San Miguel, de El Barco de Ávila, donde reside desde hace unos años, en el que rodeado de familiares, trabajadores y residentes, recibió de manos de su director una placa en recuerdo de este día tan especial. También ha querido felicitarle en nombre de la Villa del Tormes y de la Corporación municipal, la alcaldesa de El Barco de Ávila, Pilar Araoz, que le entregó una cadena con la imagen del Santísimo Cristo del Caño.
Este cumpleaños tan señalado tuvo continuidad el sábado, cuando su familia, hijos y nueras, hija y yerno, nietos, nietos políticos y biznietos, se reunió para celebrarlo con una gran comida familiar en un conocido restaurante de la villa barcense, para mayor alegría y felicidad de Guillermo Hernández y de sus propios descendientes, encantados de haber podido compartir con él este día y tantos otros momentos especiales a lo largo de su vida.
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