Organizadas en colaboración con la Federación de Esgrima de Castilla y León, las actividades han combinado formación técnica, combates y exhibiciones abiertas al público, como en la mañana del domingo dentro del programa del Día del Deporte en la Calle, con decenas de esgrimistas combatiendo en la plaza de la Catedral.

La actividad comenzó el viernes, cuando los participantes iniciaron un fin de semana centrado en el estudio y la práctica de disciplinas como la espada ropera, el sable, la daga o el montante. El sábado fue el turno de los seminarios técnicos, impartidos por  instructores internacionales con clases específicas sobre guardias, desplazamientos, tiempo, medida y conceptos de fencing flow, aplicados a distintos tratados históricos.

Uno de los momentos más dinámicos del sábado fueron los asaltos libres, combates informales entre los participantes donde pusieron en práctica las técnicas aprendidas. Lejos de una competición reglada, estos enfrentamientos buscan reproducir la esgrima tal y como aparece en los manuales de maestros renacentistas y barrocos, como Achille Marozzo, Gerard Thibault o Domingo Luis Godinho, respetando los principios de control, intención y seguridad. 

La esgrima histórica es un arte marcial basado en fuentes documentales, para lo que see estudian textos del siglo XV al XVIII para reproducir fielmente el uso de las armas de la época.

La plaza de la Catedral ha sido escenario de la clausura, dentro del Día del Deporte en la Calle, con una clase magistral de montante al aire libre. Esta arma de grandes dimensiones, empleada para la defensa de puentes y puertas, exige movimientos amplios y coordinados, con secuencias coreografiadas similares a los katas del kárate. Como colofón, se han celebrado los denominados “juegos de armas”, en los que los participantes mostraron su destreza tanto técnica como artística, como de hacer visible la riqueza cultural y física de esta disciplina, que combina historia, análisis de fuentes y práctica marcial.