El permiso concedido por parte de la Administración autonómica responde a la necesidad de que la explotación afectada mejore la gestión de residuos, reduzca el impacto ambiental y cumpla con las normativas europeas más exigentes.

La nueva autorización incorpora estrictos controles sobre emisiones a la atmósfera, gestión de residuos peligrosos y protección de suelos y aguas subterráneas afectadas por la explotación porcina, que cuenta con capacidad para 4.000 cerdos de cebo.

También se establecen medidas de reducción de nitrógeno y un mejor aprovechamiento de recursos agrícolas, alineándose con los criterios de sostenibilidad promovidos por la Unión Europea.

Los propietarios de la explotación tienen un plazo de seis meses para implementar los cambios que exige la nueva autorización ambiental y presentar una declaración responsable antes de reanudar la actividad bajo la nueva normativa.

La explotación comenzó su actividad en Aldeaseca en 2009 pero en 2021 comenzó un procedimiento de revisión para garantizar que sus operaciones respetaran los estándares ambientales actuales. Este proceso implicó un período de información pública, durante el cual no se presentaron alegaciones.