Esta celebración de origen medieval, que une a cientos de personas del Valle del Tiétar y de provincias cercanas como Toledo, Cáceres y la Comunidad de Madrid, ha mostrado su carácter popular.
Desde las 9 de la mañana, el centro de Lanzahíta ha sido el punto de partida para romeros a pie, a caballo y en carruaje, todos ellos bendecidos a las puertas de la iglesia parroquial antes de emprender el camino hacia el santuario de Hontanares, población aneja a Arenas de San Pedro. Esta ruta, que atraviesa campos y caminos entre encinas y fresnos, además del río Tiétar.
Sobre las 11 horas, ha llegado el cortejo romero a Hontanares. Los carruajes engalanados, los jinetes y las mayordomas, portando el tradicional cirio, marcaron el momento de mayor simbolismo. Tras la bendición del cirio, se celebró la misa en honor al Santísimo Cristo de la Luz, ante la presencia de autoridades locales, vecinos y visitantes.
A esto siguió la procesión por los alrededores de la ermita, seguido por la subasta de banzos, donde se disputó el privilegio de portar al Cristo durante la procesión.
La romería no se entiende sin su componente ecuestre. El desfile de caballos, burros, mulos y enganches desde Lanzahíta hasta Hontanares constituye uno de los grandes atractivos de la romería. Ya por la tarde, de regreso a Lanzahíta, tuvo lugar la entrega de premios a las mejores entradas romeras en categorías de caballos, burros y mulos y carruajes.
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