Desde las 11 de la mañana del domingo hubo actividades culturales y recreativas que arrancaron con una exhibición de cantería y una posterior ofrenda floral al santo patrón en la iglesia de San Nicolás. Mientras los más pequeños disfrutaban de juegos infantiles, los adultos pudieron acompañar la mañana con dulzainas, vino y pastas ofrecidos por la asociación vecinal.
Los puestos de artesanía atrajeron la atención de los asistentes, consolidando la feria como un punto de encuentro cultural y social para el vecindario.
El jardín trasero de la iglesia se transformó en un improvisado merendero, donde los vecinos compartieron una comida campera en un ambiente distendido. La tarde continuó con una gran exhibición de cetrería, que dio paso a la actuación del taller de jotas de la propia asociación.
Uno de los momentos más esperados fue la demostración de esquileo del Gran Florillo, un esquilador “muy querido en el barrio", según destacó la presidenta de la asociación, Natalia Vallejo, en referencia al carisma del protagonista de esta demostración de esquileo tradicional.
La música también tuvo un papel central en la celebración. Como cierre de la jornada, el grupo Dos Perros animó el fin de la fiesta en honor del patrón del campo y de los agricultores, que en esta barriada tenía gran importancia hasta hace unos años.
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