El objetivo principal es mejorar la experiencia de los menores durante su ingreso o espera en consultas pediátricas, minimizando el impacto emocional, social y educativo que puede suponer su paso por el hospital.

El programa se desarrolla en tres líneas de intervención: actividades lúdico-educativas, apoyo escolar y acompañamiento emocional. A lo largo del año, el equipo de voluntariado ha llevado a cabo juegos, manualidades, animaciones y dinámicas musicales que contribuyen a estimular la creatividad y el bienestar de los menores. Además, el refuerzo educativo permite que los niños y niñas continúen con su aprendizaje durante su estancia hospitalaria, mediante el uso de nuevas tecnologías, lectura y apoyo en distintas asignaturas.

Cuando los familiares no pueden acompañar a los menores, el voluntariado también se encarga de brindar apoyo emocional y compañía, ayudando a aliviar el malestar que puede generar la soledad en este entorno.

El programa cuenta con materiales específicos para facilitar estas intervenciones. Entre ellos se encuentran los kits de higiene bucodental, elaborados con materiales sostenibles para fomentar hábitos saludables, los “hospidiarios”, cuadernos con juegos y actividades, y las pulseras Sedoria, que combinan luz y sonido para distraer a los menores durante pruebas médicas o vacunas, ayudando a reducir la percepción del dolor. También se reparten mochilas y estuches con pinturas para realizar talleres creativos en la sala de consultas pediátricas los lunes, miércoles y viernes por la mañana.

Esta iniciativa es posible gracias al respaldo de los profesionales del hospital y a la financiación procedente del 0,7% de los Impuestos sobre la Renta de las Personas Físicas y sobre Sociedades, gestionada por la Junta de Castilla y León y la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades.