Ana, nacida en Sevilla, y Javier, natural de Cádiz, han escogido la capital abulense como el escenario de su enlace matrimonial, al que han trasladado parte de la tradición escocesa que han hecho suya tras diez años residiendo en Escocia. El resultado ha sido una fiesta en la que participaron diez parejas escocesas amigas de los novios, en la que todos ellos vistieron el traje tradicional de su país, conocido como vestido de las Tierras Altas.

El novio y sus acompañantes lucieron el kilt como pieza central de sus atuendos. Esta emblemática falda escocesa, confeccionada con tela de tartán, un patrón a cuadros que identifica a los clanes y linajes familiares en Escocia, fue acompañada del resto del conjunto tradicional: el sporran, una especie de riñonera que se lleva sobre el kilt y sustituye los bolsillos; y la chaqueta Argyll, elegante y característica por sus botones metálicos y estructura entallada.

Según explicaron los novios, todos los amigos escoceses que asistieron al enlace decidieron también vestir con el traje completo, en un gesto de complicidad con Javier. 

La boda se celebró en el Palacio de Sofraga, lo que permitió que numerosos turistas que paseaban por el adarve de la muralla se sorprendieran con el inusual despliegue de trajes escoceses, provocando curiosidad y aplausos, como si Ávila fuera parte de las montañosas Tierras Altas escocesas, con las que en realidad comparten un pasado celta común.