Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025
El baile del Virgen de las Vacas, al ritmo del pasodoble de ‘El gato montés’, ha vuelto a reunir a cientos de personas en torno a uno de los instantes más simbólicos para la comunidad vaquera, en la procesión que sale a la calle cada segundo domingo de mayo, y que en esta ocasión ha estrenado la declaración de interés turístico regional.
La Virgen de las Vacas ha sido bailada por cuatro mozos de la peña, justo ante el lienzo norte de la muralla, desde que la procesión llega a la avenida de Madrid procedente de la Encarnación, San Martín y Santa María de la Cabeza, donde ha hecho paradas, que son más de una decena en todo su recorrido por templos de la ciudad.
La emoción contenida y los nervios a flor de piel marcaban los minutos previos al baile de la Virgen de las Vacas, que ha estrenado manto de color rosa palo. Tres de los portadores ya habían vivido esta experiencia en 2019, y el grupo se completó con un rostro nuevo: Adrián Sánchez Encabo, quien debutó cumpliendo un sueño: “desde pequeñito queriendo tener este honor porque soy del barrio desde que nací”.
“Llevo 14 años en la peña, desde que tenía 16, y al no haberla bailado todavía, creo que ya era mi momento”, ha dicho poco antes de que llegase la procesión a la avenida de Madrid, después de haber salido desde su ermita por la mañana y recorrer parte de la ciudad, haciendo parada en una docena de iglesias y ermitas que han hecho repicar sus campanas al paso de la comitiva.
El novato había recibido los consejos de sus compañeros: “lo hemos estado hablando también mucho, y me han dicho: pues ahora con esto, con lo otro, de esta forma, de esta otra… y nada, esperemos que salga lo mejor posible y, sobre todo, que la gente del barrio y de todo Ávila lo disfrute”, ha añadido emocionado.
Familia vaquera
El baile lo hacen los cuatro rodeados por decenas de miembros de la comunidad vaquera, en corro, mucho de ellos andando delante de la imagen, marchas atrás, como muchos niños subidos a gigantón sobre sus padres.
A pesar de ser veterano, Daniel Torres, confesaba estar “algo nervioso” según se iba acercando el momento de bailar el pasodoble. “Va a ser la última vez y voy a poder disfrutar otra vez con tres amigos de toda la vida, que somos de la misma quinta”, nacidos en 1994 y 1995, y donde “lo importante es estar rodeado de toda la gran familia vaquera, de mi familia y de mi pareja”.
Por su parte, Cristian Sánchez Rodríguez, que también ha repetido tras 2019, confesaba poco antes del momento: “es el peor rato, porque se te hace largo hasta que sube la virgen de las demás ermitas”, pero se animaba “a disfrutarlo”.
Para Álvaro Muñoz Vega, también 'repetidor', la experiencia estuvo cargada de significado personal con “emoción y recuerdos”. “Mis amigos se van de la peña y nos han dado la oportunidad de poder bailar con ellos otra vez como en 2019, es una cosa muy bonita”, ha confesado.
“No tenemos límite de edad para bailarla, pero normalmente, entre que uno se casa y otros cerramos etapas, no llegamos a los 40 años”, ha explicado sobre esta tradición antes reservada a los jóvenes que se iban a casar en breve. “Tengo muchos recuerdos de la otra vez, y ver a mi familia a mi lado, a mis amigos y a mi barrio, que cuando no puedes más tiran de ti es precioso”, ha asegurado.
Tras bailar a la virgen, sobre las 13,15 horas, la procesión ha subido por la calle Vallespín hasta San Juan, donde la imagen se ha guardado hasta después de comer, cuando la comitiva ha seguido hasta regresar a su ermita, donde se ha desarrollado la tarde festiva, de un programa que empezó el viernes con la ofrenda floral.
Nuevo manto
El nuevo manto estrenado por la Virgen, donado por el presidente del Patronato de la Virgen de las Vacas, Francisco López Serrano, es de color rosa palo y se inspira en otro de color rosa del siglo XVIII. La pieza está bordada en hilo de oro, combinado con sedas de varios colores. En la espalda destaca un anagrama mariano formado por las letras entrelazadas A y M (Ave María), con una corona imperial bordada en oro sobre ellas, símbolo del reinado de María como reina de los cielos.
Flanqueando el anagrama se aprecia un conjunto vegetal y floral, del que emerge un jarrón clásico del que brotan azucenas doradas, símbolo de la virginidad, y ramas de lirios y rosas bordadas en tonos pálidos y dorados. No faltan las mariposas bordadas, símbolo del patronato, junto a elementos vegetales como volutas, ramas ondulantes y flores de cinco pétalos en rojo coral bordadas con hilo de seda. A los pies del manto, el borde inferior está rematado con un fleco de canutillo de oro viejo que aporta peso y caída a la prenda, ayudando a mantener la forma durante el movimiento procesional.
Kenneth Casciaro | Lunes, 12 de Mayo de 2025 a las 10:20:44 horas
Lástima la cantidad de amargados que hay, y lástima los que no saben cuidar a sus perritos y obligan a que sean los demás los que se preocupen de su bienestar, pero lo mejor es el enterado ese que habla de la calle Soria... cuando es una calle por la que no pasa la Procesión ni pertenece a ese barrio. ¡Menudo paisanaje!
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