A lo largo del domingo pasaron por una sala del Hotel Valderrábanos gente de todas las edades, aunque la mayoría son se sitúan “a partir de los 35 y 40 años”, edad que parece marcar la transición de un modelo a otro de entender la música, según Manuel Otero. De vez en cuando les sorprende, como en Ávila, “una joven de 16 años que compra un vinilo de The Smiths”, banda británica de comienzos de los 80.

Junto a otro compañero organizan esta feria por ciudades ofreciendo vinilos y discos compactos, pero también “a la búsqueda de quien quiera deshacerse de sus veteranos discos”.

En su equipaje llevan unos 5.000 discos, de todas las épocas y todos los estilos, “y para todos los gustos”. Discos en formato EP (extended play) en vinilo con cuatro temas de los comienzos de Manolo Escolar y Lola Flores, de los que alguien se deshizo pero que puede haber quien se entusiasme al hallarlos, conviven con una edición japonesa de The Kiss que se vende a 150 euros.

“Se pierde la cultura de los discos”, asegura Otero mientras muchos abulenses regresaron por un día a “revolver” a la búsqueda de algún disco que llamase la atención y que pudiera sonar en un aparato que no han llegado apenas a conocer los veinteañeros.