Y es que el Ayuntamiento anunció que desde el 14 de febrero, por la quiebra de la empresa contratada por Avanza para la gestión de la recarga de los bonobuses en estancos y pequeños comercios, durante dos meses los viajeros deberían recurrir al Centro de Recepción de Visitantes o a la página web, pero en breve se cumplirán tres meses. 

La recogida de firmas ante el malestar de los viajeros ha terminado presentando 513 rúbricas, recogidas en cuatro días, ante el registro del Ayuntamiento. Este inconveniente ha provocado dificultades, según los promotores de la recogida de firmas, sobre todo entre personas mayores y estudiantes de institutos que no disponen de tarjeta de crédito, lo que les dificulta el acceso al servicio de transporte público.

Muchos de los usuarios han asegurado que, a pesar de recargar la tarjeta por internet, la recarga de la tarjeta no se hace efectiva hasta pasadas 48 horas. Este retraso provoca situaciones incómodas, ya que al subir al autobús creyendo tener saldo, los usuarios deben pagar el billete de 1,30 euros en efectivo, un precio superior al del billete con abono.

Y aunque el conductor les informa que pueden reclamar la diferencia en la oficina, “esto implica desplazarse y perder tiempo, además de utilizar otros dos viajes de autobús de 0,60 euros cada uno, lo que representa una molestia adicional para los afectados”, según explican los viajeros perjudicados.

Entre los firmantes de la queja se encuentran alumnos de institutos, usuarios de los centros de mayores del barrio de la Toledana y de la zona norte, estudiantes de la UCAV, así como trabajadores del Centro Comercial El Bulevar y del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles.