La operación policial, que implicó el despliegue de medios técnicos y la colaboración ciudadana, culminó con su localización y posterior ingreso en prisión por orden judicial.

La intervención de la Guardia Civil se inició tras la denuncia presentada por una mujer que había sido víctima de violencia de género por parte de su expareja. La denunciante alertó de un “quebrantamiento reiterado de las medidas de protección” que tenía impuestas el agresor, además de haber recibido “amenazas de muerte directas” por parte del hombre.

Ante la gravedad de los hechos, la valoración policial concluyó la existencia de un “riesgo extremo” para la víctima. En consecuencia, se activaron de forma inmediata los protocolos de protección, control y seguimiento establecidos para este tipo de casos.

Pocos días después de la denuncia, el actual compañero sentimental de la mujer comunicó a los agentes que había visto al agresor merodeando en las inmediaciones del domicilio de la víctima. Según su testimonio, el hombre incluso “ocultaba un cuchillo de grandes dimensiones entre la vegetación”, lo que elevó aún más el nivel de alarma y provocó un refuerzo de las medidas de vigilancia.

Fuga por los tejados
La víctima volvió a ponerse en contacto con la Guardia Civil para comunicar que el individuo la había llamado para citarla en las proximidades de las piscinas municipales de Arévalo. Esta nueva acción del agresor reforzó la sospecha de que podría estar oculto en algún inmueble de la comarca.

Tras recabar información y detectar movimientos sospechosos, los agentes obtuvieron autorización judicial para acceder a una vivienda donde presumiblemente se encontraba escondido el sospechoso. Al entrar en el domicilio, los efectivos se toparon con múltiples enseres colocados de forma que bloqueaban el paso, lo que permitió al agresor iniciar una peligrosa huida por el tejado del edificio. Según fuentes del operativo, el hombre “saltó hacia una torreta metálica para acceder a un patio común”, intentando eludir a los agentes.

Ante esta fuga, se activó un amplio dispositivo de búsqueda en el que participaron efectivos de la compañía de la Guardia Civil de Arévalo y la Unidad de Seguridad Ciudadana de Comandancia, además de emplearse medios técnicos como drones y efectuarse un exhaustivo reconocimiento de tejados, patios, locales y almacenes de la zona.

Apoyo ciudadano
La presión del dispositivo y la colaboración vecinal fueron claves para localizar al fugitivo. Finalmente, fue encontrado “agazapado tras unas cajas y cubierto con un saco y una estructura de madera”, en un intento de pasar desapercibido. Al ser descubierto, el hombre “ofreció resistencia en su detención”.

El arrestado se encontraba en situación de búsqueda y captura, con al menos tres señalamientos judiciales vigentes y un registro de riesgo extremo en el sistema de seguimiento de violencia de género. Tras su localización y detención, la autoridad judicial ha ordenado su ingreso directo en prisión.