Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Martes, 30 de Septiembre de 2025
Las estimaciones han fallado estrepitosamente: la procesión del Viernes Santo se ha retrasado por la posibilidad de lluvia, pero salir, ha salido, y cuando no había transcurrido media hora, ha empezado a llover y todo se ha venido al traste.
“Si hubieran salido a las ocho esto no hubiera pasado”, se ha escuchado decir a más de una persona que huía de la lluvia en la plaza del Teniente Arévalo.
La Procesión de la Pasión y Santo Entierro ha reunido a miles de personas en su recorrido. A las 20 horas, momento previsto de salida, se alternaba nubes y claros, pero la gente esperaba impaciente. Cuando han visto que no las puertas de la Catedral no se abrían y algunos capuchones se asomaban, han supuesto que había que esperar. La decisión ha sido esperar media hora, si bien en este tiempo el cielo se ha oscurecido, pero tampoco había amenaza de precipitaciones.
Y a las 20,25 ha comenzado a discurrir el desfile, si bien de los cinco pasos que parten de la catedral, dos se han quedado dentro, los considerados más delicados: El Prendimiento, representación del momento en que Jesús es arrestado, y La Caída, imagen de la dureza del camino hacia el calvario. Se han visto los de la Cruz Desnuda, el Santísimo Cristo de las Murallas y Nuestra Señora de las Angustias, acompañados de numerosos penitentes de todas las entidades, con lo que había una clara desproporción entre las escasas imágenes y los numerosos capuchones.
La comitiva ha avanzado hasta la iglesia de San Ignacio de Loyola, donde esperaban los penitentes del Real e Ilustre Patronato de Nuestra Señora de las Angustias y Santo Sepulcro, con su primera imagen, el Santo Sepulcro, que lleva delante un niño convertido en pequeño ángel, como es tradición.
Justo cuando iban a unirse a la cola del cortejo que había salido del templo catedralicio, ha comenzado a llover con ganas. Se han abierto los paraguas. Eran las 21 horas. El Santo Sepulcro, en la misma puerta, ha sido introducido en el templo. Y la imagen de las Angustias, la última de la comitiva, ha sido refugiada con prontitud en San Ignacio, ante la espantada del público que llenaba la plaza.
Mientras tanto, el resto de los pasos han sido trasladados hasta la catedral, después de intentar introducir al Cristo en San Juan, pero su altura no lo ha permitido. Así ha acabado el Viernes Santo de una Semana Santa en la que el mal tiempo ha deslucido ya numerosos desfiles. VER RECORRIDO DE LA PROCESIÓN DEL SÁBADO SANTO.
Cofrade | Sábado, 19 de Abril de 2025 a las 23:03:37 horas
Lo ocurrido este Viernes Santo deja en evidencia una de las grandes tensiones que atraviesan la Semana Santa: cómo conjugar la pasión con la previsión, la emoción con la logística, y la fe con la meteorología. La procesión del Santo Entierro, una de las más esperadas del calendario cofrade, terminó siendo un desfile incompleto y precipitado que dejó un sabor a decepción, tanto en quienes la prepararon como en quienes la esperaban con ilusión.
No hubo tiempo para completar el recorrido, ni para que el Santo Sepulcro se uniera al cortejo desde San Ignacio.
Pero más allá de la lluvia, lo que aflora es un debate que la Semana Santa no puede eludir: ¿hasta qué punto estamos preparados para tomar decisiones ágiles, claras y coordinadas en situaciones de incertidumbre? ¿Debe prevalecer el deseo de salir a toda costa, o conviene reforzar criterios técnicos y estructuras de toma de decisiones más eficaces?
Ni la salida precipitada ni la suspensión total habrían garantizado el éxito. Pero la gestión de los tiempos, la falta de información precisa para el público y la imagen de una procesión desequilibrada invitan a reflexionar. Porque la Semana Santa no solo se mide en pasos procesionando, sino también en cómo se honra y protege lo que representan.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder