Punto de encuentro para una comunidad fiel a estilo musical, la jornada festiva comenzó el sábado por la tarde con la proyección de videoclips de bandas emblemáticas del heavy metal, así como de imágenes de clientes asiduos, en un ambiente familiar y cercano que sirvió para calentar motores. A medida que avanzaba la tarde, la fiesta fue tomando cuerpo entre música, chupitos, gominolas y tarta, creando una atmósfera festiva y de camaradería.

Los momentos más esperados fue la aparición de varios djs, como Cobi, Robero, Saúl Akelarre, Gemma y J. Antonio, quienes se turnaron en la cabina para hacer sonar los himnos más icónicos del género. La selección musical mantuvo vivo el espíritu del local, recordando sus noches más memorables.

Detrás de este mítico espacio están Carlos Mayo, más conocido como Was, y su esposa, Ana, quienes ya contaban con una amplia trayectoria en la gestión de bares dedicados al rock y al heavy. Mayo comenzó pinchando con 18 años, en 1993, en El Tren, en la calle Cuartel de la Montaña, y más tarde en el Pocoloco, ubicado a pocos metros del actual, que regentaron durante nada menos que 17 años, hasta dar paso a La Rosa Negra, situado donde antes estuvo el bar El Castillo, también musical.

Los que acudieron a La Rosa Negra vieron que conserva el alma de una escena musical que resiste a los cambios generacionales, dado que en la fiesta se dieron cita seguidores de distintas generaciones.