En el templo nos dimos cita familiares y amigos del finado, cuyo cadáver había sido traslado desde el tanatorio de Antonio Álvarez, donde sus allegados recibieron numerosas muestras de afecto y condolencia durante la tarde del jueves. El párroco, Miguel Ángel Rosillo, hizo un paralelismo entre la muerte y el tiempo de Cuaresma y destacó las virtudes de la penitencia, la reconciliación y el amor.

La vida de Luis Alfonso Gallego Blázquez transcurrió entre los despachos y la montaña, compatibilizando su trabajo como ingeniero de Montes, jefe provincial del Instituto de Conservación de la Naturaleza (ICONA) durante los años 70, director de Transportes, Turismo y Comunicaciones de la Junta de Castilla y León y otros cargos y actividades, como las relacionadas con peritaciones de inmobiliaria y fincas rústicas, por los que era muy respetado en nuestra capital y provincia. 

Durante su mandato como jefe provincial del ICONA se llevó a cabo, entre otros, el amojonamiento de los montes Matavedada (Villanueva del Campillo) y Niña Montero (Hoyo de Pinares) en 1977. Era muy conocido, igualmente, por su gran afición a la montaña y especialmente a la Sierra de Gredos.

Doctor en Ciencias Puras y Matemáticas, mostró sus amplios conocimientos y su amor a la vida forestal en trabajos promovidos por la Institución Gran Duque de Alba, de cuya pertenencia se sentía muy orgulloso. De especial interés es el titulado ‘Recursos Naturales de las Sierras de Gredos’, publicada en 1999 y reeditado en 2002, con otros relevantes especialistas en la materia, como Juan Andrés Feliú Suárez, que fuera director provincial de Agricultura, y María Jesús Sánchez Muñoz, con quienes escribe el capítulo dedicado a los ‘Usos agrícolas, ganaderos y forestales’, y con otros autores igualmente reconocidos como Guillermo Pérez Andueza (coordinador del área de Ciencias de la Institución Gran Duque de Alba y jefe de la sección de Ciencias Naturales), Daniel Sánchez Mata (anterior coordinador), Rafael Aramendi Sánchez, Miguel Lizana Avia y Luis Corrales Bermejo.

Además de ser un prestigioso profesional y especialista en el mundo forestal, era una persona recta, cumplidora y de un trato afable del que pudieron disfrutar cuantos le conocieron.

Desde estas líneas nos unimos al dolor de sus familiares y amigos, muy queridos asimismo en la ciudad, especialmente al de su esposa, María del Carmen Herrero Pérez, y sus hijos Sonsoles, Mamen, Luis y Carlos; nietos, hermanas políticas y demás parientes, deseando que su grato recuerdo alivie su triste pérdida.

--- Maximiliano Fernández es director de la Institución Gran Duque de Alba.