Las personas concentradas también han mostrado sus condolencias por el asesinato de la trabajadora social Belén Cortés en Badajoz. 

Sonia Rodríguez, educadora social en Ávila, ha explicado que la movilización responde a su “rabia porque se lleguen a estos extremos” en las situaciones en las que se encuentran, así como para “reivindicar que se valoren los puestos de trabajo de todos los trabajadores” que se dedican al ámbito de la intervención social.

Por ello, reclaman que se haga una valoración del riesgo a la que están expuestos y se dignifique la profesión. 

Situación general

La situación en el sector, tal como ha detallado Rodríguez, varía en función de las entidades o administraciones en las que se trabaja: “Dependiendo de las entidades, del tercer sector, de las administraciones donde se trabaja y de los programas, pues cada uno tiene unas condiciones muy particulares”. 

“Hablamos de la profesión en general, que no tiene una valoración del riesgo, como en otras profesiones que sí que la tienen”, ha señalado la trabajadora social, quien reclama reconocer la “importancia a la labor” que desarrollan. 

Por todo ello, piden que se reconozca “la peligrosidad” a la que se exponen, que se dote de recursos materiales y personales, así como protocolos de seguridad en “todas las profesiones de la intervención social”.