El acto de inauguración ha contado con la presencia de Luis Santiago Sánchez Pérez, director de la Escuela Politécnica Superior de Ávila; José García Molina, director del Centro Universitario de Formación de la Policía Nacional; José Luis Domínguez Álvarez, coordinador del Grado en Seguridad; y Luis Miguel Sánchez Gil, director del Grupo de Estudios Interdisciplinares en Terrorismo y Seguridad.
Sánchez Pérez ha explicado que la exposición es parte de un esfuerzo por dar visibilidad al Grado en Seguridad, que se imparte en esta escuela desde hace dos años y que sigue creciendo en alumnado. “Se busca mostrar a la población que no ha vivido esto, qué inicios tuvimos de democracia y, al mismo tiempo, dar visibilidad al grado en Seguridad, que impartimos con cierto éxito”, ha afirmado.
Por su parte, Domínguez Álvarez ha destacado la importancia de abrir la escuela a la ciudadanía con actividades como esta muestra, subrayando que “la seguridad es un derecho fundamental y necesitamos seguridad para que nuestros derechos, libertades e instituciones permanezcan intactos”. Ha añadido que la Universidad de Salamanca pretende consolidarse como un referente en la formación en seguridad y que este tipo de iniciativas son esenciales para alcanzar ese objetivo.
Alumnado
El grado en Seguridad, que actualmente se encuentra en su segundo año de funcionamiento, cuenta con 28 alumnos en segundo curso y 18 en el primero. Según Domínguez, la meta es potenciar su visibilidad y consolidarlo como una referencia nacional en la formación en seguridad.
La exposición, comisariada por Gaizka Fernández Soldevilla, responsable del Área de Archivo, Investigación y Documentación del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo; Ana Escauriaza Escudero, investigadora de la Universidad de Navarra; Luis Miguel Sánchez Gil, Felipe Claudio Soto Pérez y José Luis Domínguez Álvarez, se estructura en 23 paneles con códigos QR que proporcionan información adicional. La muestra intercala los hitos del atentado con las historias personales de las 13 víctimas mortales, poniendo énfasis en su dignidad y en el dolor que dejó aquel acto terrorista.
Uno de los paneles está dedicado a aquellas personas que arriesgaron su vida para auxiliar a las víctimas: vecinos, empleados de los establecimientos afectados, bomberos, policías, sanitarios y taxistas, quienes con su rápida y valiente actuación lograron salvar numerosas vidas.
Luis Miguel Sánchez Gil, investigador responsable del Grupo de Estudios Interdisciplinares en Terrorismo y Seguridad, ha resaltado la importancia de este tipo de actividades para recuperar la memoria histórica con rigor: “Es sorprendente que al hablar de ETA en las aulas algunos jóvenes piensen que fue algo anterior a la Guerra Civil. Desconocen sucesos tan relevantes como el atentado de la cafetería Rolando o el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Por eso, es esencial recuperar esta historia con rigor”.
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