La Academia Castellana y Leonesa de Gastronomía ha celebrado la décima edición de los Premios Castilla y León de Gastronomía en una ceremonia que se ha desarrollado  en el Teatro Castilla de Arévalo, que ha reunido a importantes representantes del sector.

Presidida por Julio Vallés, presidente de la Academia Castellana y Leonesa de Gastronomía, la gala ha contado con la presencia de Ángel González Pieras, director general de Turismo; Vidal Galicia, alcalde de Arévalo; Carlos García González, presidente de la Diputación de Ávila; y Jesús Martín García, vicepresidente de la institución. También han asistido representantes de la industria gastronómica y del sector del vino, como Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero.

En esta edición, la entidad ha reconocido a destacados profesionales y establecimientos de la gastronomía castellana y leonesa, entre ellos dos nombres de la provincia de Ávila. El premio Iberaval al emprendimiento en gastronomía ha sido para Caracoles de Gredos, empresa de Arenas de San Pedro líder en helicicultura, destacada por su modelo de producción integral y su apuesta por el caracol gourmet; y el de mejor producto agroalimentario para el Higo de Gredos, innovador producto de la cooperativa Capra Hispánica, de El Raso.

La mención especial a la trayectoria profesional ha sido para Tomás Postigo, enólogo con una destacada carrera en la Ribera del Duero, pionero en innovaciones vitivinícolas y reconocido por la calidad de sus vinos; la de mejor restaurante tradicional para Casa Duque, de Segovia, que con 130 años de historia es el más antiguo de la ciudad y referente de la gastronomía segoviana.

El premio para el mejor local de vinos ha sido para Tiempos Líquidos, de Burgos, fundado por los sumilleres Laura Rodríguez y Diego González, y que destaca por su oferta de 600 referencias en constante renovación; mientras que el galardón a la revelación gastronómica ha sido para Sara Cámara, de Salamanca, jefa de cocina en Casa Pacheco y ganadora de múltiples reconocimientos nacionales e internacionales.

Por otra parte, Montaraz, de Salamanca, ha sido designada mejor industria agroalimentaria por ser una empresa familiar especializada en jamón ibérico, con una presencia en más de 40 mercados internacionales; Aníbal de Otero, de León, como mejor bodega, destacada por su elaboración de vinos de mencía con uvas de cepas centenarias y una producción limitada; y Esther Ovejero, de La Cocina de Manuel, de Valladolid, reconocida por su dedicación y excelencia en la atención al cliente, como mejor servicio de sala.

El premio al mejor cocinero ha sido para Luis Alberto Lera, del restaurante Lera, de Zamora, referente de la cocina cinegética y estrella Michelín; y el de mejor restaurante ha sido para MQ Martín Quiroga, de Valladolid, negocio familiar distinguido por su oferta culinaria de alta calidad en un exclusivo espacio de cuatro mesas.

Durante la gala, la Academia ha rendido homenaje a profesionales fallecidos en el último año, cuya labor ha dejado huella en la gastronomía de Castilla y León: Sebas Calvo, propietario de Leguminor de Saldaña (Palencia); Esteban Díez González, propietario del de los restaurantes Rancho Chico (León); Roque Contreras, propietario de Mejillonera de Roque en Medina de Rioseco (Valladolid); Fernan de Remírez de Ganuza, socio de la bodega Tresmano, de Padilla de Duero (Valladolid); Francisco Manjarrés Santana ‘Paco’, alma de Que Trabaje Rita (Zamora); Carlos Pescador, cocinero jubilado de los restaurantes Santo Domingo I y Santo Domingo II, de Soria; Rafael Andrés, copropietario del restaurante Río De La Plata (Salamanca); y Jesús Ramiro Flores, cocinero (Valladolid).