Hernández, residente en Cambridge, ha expuesto en eventos como Frieze Sculpture en Londres y próximamente en Art Basel Hong Kong. Su obra explora los límites de la pintura y el consumo, utilizando materiales reciclados y técnicas innovadoras. Reconoce la influencia de Ávila en su obra, especialmente en su acercamiento a la materialidad y la sencillez. "Cuanto más lejos estoy de mi ciudad, más siento la huella que Ávila y su tradición mística", explica.

En ARCO presentará 36 piezas de su serie "lonchismo", inspirada en la industria cárnica. Crecer en Ávila, donde la carne tiene un peso cultural y económico, lo llevó a reflexionar sobre la fragmentación y el embalaje de los cuerpos animales. Para ello, utiliza una cortadora de fiambre industrial en sus pinceladas, que luego envasa al vacío, evocando paquetes de carne de supermercado.

El reciclaje es clave en su trabajo: reutilizar residuos de su estudio y su vida cotidiana para generar una economía circular en su producción artística. "La basura es política", afirma, destacando la dicotomía entre diseño y arte, consumo y sostenibilidad.

Con una trayectoria en ascenso y proyectos en marcha para la Dulwich Picture Gallery, Hernández sigue explorando los límites del arte. "A veces mi obra se entiende como provocación, otras como evocación; pero si no hay indiferencia, la obra es exitosa", ha manifestado.