Del Viernes, 03 de Octubre de 2025 al Domingo, 05 de Octubre de 2025
Hace unos días, María Auxiliadora Rueda, directora de Comunicación del Obispado de Ávila, vivió una experiencia única, al viajar a Roma y encontrarse en dos ocasiones con el papa Francisco durante el Jubileo de las Comunicaciones. Lo que en principio era una celebración dentro del Año Santo 2025, se ha transformado para ella en un destacado al conocer el delicado estado de salud del pontífice.
A finales de enero, Rueda participó junto a otros periodistas de la Iglesia en el Jubileo de las Comunicaciones, el primero de los grandes jubileos que se celebrarán a lo largo de este año en Roma. "Fuimos periodistas de distintas diócesis de España y del mundo, y uno de los motivos principales era ganar el jubileo", explica.
El primer encuentro ocurrió el 25 de enero en el Aula Pablo VI, durante la audiencia general. En un principio, Francisco iba a leer un mensaje especial para los comunicadores, pero finalmente pasó la palabra al prefecto del Dicasterio para las Comunicaciones. "Ahí ya nos dimos cuenta de que estaba muy cansado", recuerda Rueda. "Nos dijeron que venía de cuatro o cinco audiencias previas y se le notaba. Estaba en silla de ruedas, pero, a pesar de todo, hizo el esfuerzo de recorrer los pasillos saludando a la gente. Incluso bendijo a los bebés que llevaban algunos compañeros", cuenta con emoción.
Un momento muy especial fue su actitud cuando escuchó a los periodistas españoles. "Lo vimos cansado pero con ganas y sonriente, muy sonriente y claro, al oírnos hablar en español pues sonría aún más", relata.
El segundo encuentro fue al día siguiente, cuando los periodistas asistieron a la misa en la basílica de San Pedro, presidida por el propio Francisco. "En esa ocasión sí leyó la homilía, pero se le notaba agotado. La voz sonaba tomada, le costaba hablar", explica.
Visita a España
Sin embargo, lo que más le impactó fue que ocurrió al finalizar la misa. "Nos colocamos junto al pasillo por donde iba a salir el papa, y una compañera le gritó: Santo Padre, le esperamos en España. Él se detuvo, nos miró y respondió: Espero poder ir".
Pero lo que les inquietó llegó horas después, cuando el papa salió al balcón para la bendición del angelus. "Su voz estaba más apagada que en la misa, le costaba respirar. De hecho, en ese momento le dije a una compañera, tendrían que meterle para dentro, se le nota muy asfixiado", revela.
Un mes después de aquel encuentro, la salud del pontífice ha generado una gran preocupación en la Iglesia y en el mundo entero. Rueda, que lo vio de cerca en Roma, cree que las alertas en los medios de comunicación son más que comprensibles. "Tiene 88 años y le extirparon parte de un pulmón cuando tenía 21. Ahora tiene bronquitis, neumonía e insuficiencia respiratoria crónica. Cualquier persona en su estado estaría en una situación delicada, así que creo que las preocupaciones no son exageradas", afirma.
No obstante, también reconoce que las últimas noticias han traído algo de esperanza porque "parece que está respondiendo bien a los tratamientos", aunque "no se puede aventurar nada".
Desde la Conferencia Episcopal se ha pedido a todas las diócesis que incluyan oraciones por su salud en las eucaristías, y Ávila no es una excepción. "Aquí también se está pidiendo en las misas. Es nuestra manera de estar unidos con la Iglesia universal y de responder a lo que el propio Francisco siempre nos ha pedido: rezar por él", explica Rueda.
Más allá de las oraciones, la diócesis de Ávila seguirá participando en los jubileos organizados a lo largo del año en Roma. "Hay una peregrinación programada para finales de marzo y veremos en qué condiciones se da, dependiendo de la evolución de la salud del papa", adelanta.
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