La explotación la gestionará Agromonte SCL, empresa a la que se obliga a cumplir determinadas condiciones para asegurar la protección del entorno.

En este sentido, la explotación deberá implementar un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) que se auditará periódicamente, al tiempo que tendrá que ajustarse al Código de Buenas Prácticas Agrarias y al programa de actuación en zonas vulnerables. 

La autorización ambiental exige también medidas para la protección del suelo y las aguas subterráneas, así como la adaptación de la actividad a las mejores técnicas disponibles (MTD) del sector porcino, incluyendo la gestión nutricional para reducir el nitrógeno y fósforo excretado, el uso eficiente del agua y la puesta en marcha de sistemas de limpieza de aire. 

La explotación autorizada se compone de cinco naves, que ocupan cerca de 9.000 metros cuadrados de superficie, y de estercoleros cubiertos con una capacidad mínima total de 11.015 metros cúbicos. 

Las instalaciones también incluyen silos de pienso, piezómetros para el control de aguas subterráneas, sondeo, vado sanitario, vestuarios, cuarto de máquinas y almacenes.