Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Martes, 30 de Septiembre de 2025
Ante la época de exámenes en este momento del curso, Ana María Linares, psicóloga y profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad Católica de Ávila (UCAV), aborda cómo las expectativas, la organización y los hábitos de vida afectan al rendimiento académico, en un momento en que los estudiantes suelen enfrentarse a elevados niveles de estrés.
Según Linares, las expectativas son uno de los principales factores que generan estrés: “muchas veces nos presionamos a nosotros mismos porque sentimos que debemos estar a la altura de las expectativas de los demás”, explica. Esta presión suele venir del entorno familiar, donde el apoyo incondicional puede traducirse en una exigencia implícita.
“Cuando las familias están muy orgullosas y los estudiantes conscientes del esfuerzo económico que supone estudiar, sienten que no pueden fallar”, añade.
Otro de los factores que incrementa el estrés es la falta de organización. Linares señala que muchos estudiantes llegan al periodo de exámenes sin una preparación adecuada, intentando abarcar todo en el último momento, lo que genera una sensación de carga desbordante que, según ella, "a menudo sobrepasa la capacidad de procesamiento del estudiante".
Para evitar esta situación, subraya la importancia de la planificación constante: “El trabajo continuo permite asimilar los contenidos de forma profunda y efectiva. No se trata de memorizar para vomitar la información en el examen”.
El estrés y la ansiedad no solo afectan la mente, sino también el cuerpo, y viceversa. La profesora destaca el impacto de una buena alimentación, el ejercicio y el descanso en el rendimiento académico: “el cerebro es un músculo más y, como tal, necesita una buena nutrición, descanso y un trabajo comedido. Descansar bien permite al cerebro consolidar la información, mientras que el ejercicio ayuda a reducir el cortisol y a liberar hormonas como la serotonina, que promueven el bienestar”.
Además, recomienda que el día antes del examen se haga un último repaso y se destine tiempo para desconectar de los estudios. Al día siguiente, Linares recomienda evitar repasos de última hora. Desaconseja el uso de estimulantes como el café o las bebidas energéticas durante los exámenes, ya que pueden generar efectos adversos como hiperactividad y problemas de sueño.
Planificación
Una preparación adecuada y planificada es la base para reducir la ansiedad ante un examen “estar seguro de que los contenidos se han trabajado correctamente da al estudiante una sensación de control que disminuye la incertidumbre, una de las principales fuentes de estrés”.
La psicóloga también reflexiona sobre cómo el modelo de evaluación actual puede contribuir al estrés. Si bien reconoce que los exámenes son necesarios para medir objetivamente el aprendizaje, critica que no siempre se adapten a las capacidades individuales de los estudiantes: “no todos los alumnos responden igual ante un examen escrito o tipo test. Aunque cada vez se recurre más a las tareas de evaluación continua, seguimos necesitando pruebas objetivas que no siempre reflejan el conocimiento real”, admite.
Por último, Linares destaca las iniciativas de la UCAV para apoyar la salud mental de sus estudiantes. Entre ellas, jornadas sobre técnicas para manejar la ansiedad y un acompañamiento personalizado por parte de los profesores: “los alumnos tienen acceso directo a nosotros, ya sea en los pasillos, por correo o en la sala de profesores. Nuestro objetivo es ser un apoyo cercano durante todo su proceso de aprendizaje”, concluye.
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