“Doctor, lloro por usted, de tristeza y de alegría. De tristeza porque su marcha nos deja vacíos. De alegría porque lo suyo no era vida, cuántas veces eran las cuatro de la tarde, seguía por la sierra y todavía tenía que volver a casa a 100 kilómetros”, publica el médico sobre el testimonio de un paciente.

Mendoza, que destaca siempre en la red social su vocación como médico rural, refleja en sus mensajes las emociones de los vecinos, la mayoría ancianos, y las suyas propias, con un estilo en el que mezcla la humanidad con la dureza del medio rural para los ancianos en soledad, a la vez que subraya la belleza de los paisajes de la Sierra de Gredos por los que transita para llegar a ver a los pacientes.

El doctor habla de su marcha voluntaria. “Doctor, dijo que nunca se iría, que jamás dejaría el valle, que nos cuidaría para siempre”, cuenta que le expresó un paciente llamado Cipriano, al que contestó que “a veces se cierran etapas en la vida de manera inexorable”. “Doctor, ¿ahora que será de nosotros?”, le inquirió el paisano: “Cipriano, los médicos pasamos, solo las cumbres son eternas”, le contestó. Y todo ello con una imagen en que el médico despega el cartel son su nombre en la puerta de la consulta que abandona.

Despedida

Durante sus últimos días en el valle, Mendoza cuenta que ha aprovechado para recorrer las localidades y despedirse personalmente de los habitantes que atendió durante años: "de casa en casa me despido de los ancianos, guardo sus lágrimas como perlas del tesoro del cariño de haber sido su médico de cuerpos y almas”. 

El médico bilbaíno, que lleva años trabajando en la sanidad pública de Castilla y León, siempre ha mostrado orgullo por su labor en la medicina rural, como señala en su presentación en X: “Soy un médico rural, no sé si eso es prestigioso o no, no sé si me ningunean frente a un cirujano o cardiólogo, pero me da igual. Me regalan con cariño huevos frescos recién puestos y en otoño níscalos y boletus, y la noble y modesta gente de los pueblos me aprecia. ¿Qué más quiero?”.

Aunque Mendoza deja el Aravalle, permanecerá en la medicina rural de Ávila, en otro centro de salud cercano, el de Piedrahíta, y sin alejarse de su vocación: “siempre fui y seré, hasta el final, médico rural”.

Estos mensajes de despedida han motivado muchas respuestas de pacientes y colegas que alaban su labor, y como refleja sus vivencias en sus mensajes en la red social día a día. “He decidido cerrar esta etapa profesional, no sin dolor ni emociones intensas. Me llevo en el alma el recuerdo del cariño y reconocimiento de tantos corazones”.

Los alcaldes de Puerto Castilla, Gil García, Solana de Ávila, La Carrera y Umbrías le han despedido con un homenaje en nombre de sus pacientes, y en una placa le han mostrado su agradecimiento por "la magnífica labor” llevada a cabo. “Por tu esfuerzo, tu profesionalidad, amabilidad y cercanía”, le han expresado, indicando que deja en los pueblos del Aravalle “grandes amigos y gentes humildes de gran corazón”.