Del Sábado, 06 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha confirmado la sanción disciplinaria de más de 20 días de suspensión de empleo contra un policía y profesor en la Escuela Nacional de Policía de Ávila, con más de 20 años de experiencia formando a futuros agentes, que fue acusado de usar sus clases para difundir teorías conspiranoicas, negar el Holocausto y propagar desinformación.
La sentencia ratifica dos faltas graves por apartarse del temario oficial y emplear el aula para propagar ideología, aunque anuló una tercera sanción relacionada con el uso de mascarilla obligatoria durante la pandemia, según ha publicado ElDiario.es.
La investigación contra el profesor comenzó en 2021 tras la denuncia de dos compañeros que alertaron sobre su comportamiento en la calificación de un trabajo sobre el atentado perpetrado por Anders Breivik en Noruega en el que murieron 77 personas en la isla de Utoya.. Según los denunciantes, el agente calificó a Breivik como “un masón”, en lugar de un extremista de derecha. Posteriormente, el expediente disciplinario, de hasta 35 días de suspensión de empleo, reveló que el docente empleó las clases para negar el Holocausto, calificándolo de “Holocuento”, y propagar bulos relacionados con las elecciones en Estados Unidos y España.
Las diligencias internas se apoyaron en el testimonio de alumnos que confirmaron que el profesor afirmó que las elecciones estadounidenses habían sido “amañadas” y que el presidente Joe Biden era “un pedófilo”. También relacionó a Begoña Gómez, esposa del presidente español Pedro Sánchez, con un falso rumor que circula en redes sobre su identidad de género, refiriéndose a ella como “Begoño”. Estas afirmaciones, entre otras, llevaron a la Policía Nacional a imponerle tres sanciones, aunque solo dos fueron ratificadas por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Veredicto judicial
El tribunal confirmó que el profesor violó el deber de neutralidad al utilizar un espacio público y obligado, como lo es un aula de formación policial, para difundir ideología extremista. Según el fallo, el contenido difundido “no es políticamente inocuo” y su uso en un entorno educativo vulnera los principios de neutralidad requeridos en el ejercicio docente.
Aunque el tribunal anuló la sanción por no llevar mascarilla, alegando una condición médica del agente, sostuvo que las otras dos sanciones eran proporcionales. Los jueces también señalaron que, pese a no haberse detectado infracciones penales en el caso, las afirmaciones del profesor eran motivo suficiente para acciones disciplinarias.
La Escuela Nacional de Policía de Ávila recibe anualmente a más de 2.000 aspirantes a agentes que superan la fase de oposición. Este profesor, con una hoja de servicio destacada y sin sanciones previas, impartía la asignatura de Investigación durante el curso 2020-2021, en plena pandemia de la Covid.
Según la documentación del expediente, dedicó tiempo de clase a cuestionar la pandemia y proponer trabajos relacionados con teorías conspiranoicas, como la supuesta conexión de Rusia con los Comités de Defensa de la República (CDR) catalanes, un tema bajo investigación en la Audiencia Nacional en ese momento.
Espíritu crítico
En las alegaciones, el profesor sostuvo que sus clases buscaban fomentar el espíritu crítico de los alumnos. Negó haber intentado disuadir a los alumnos de vacunarse y rechazó las acusaciones de difundir teorías conspirativas. Según su defensa, el archivo de una causa penal por delito de odio debería invalidar las sanciones disciplinarias. También argumentó que el expediente disciplinario estaba motivado por “conflictos personales” con otros profesores.
El TSJM, sin embargo, desestimó estas alegaciones, insistiendo en que el problema no era la opinión del agente, sino su uso inapropiado del aula para transmitir ideas contrarias a la neutralidad exigida en su rol.
El caso terminará en el Tribunal Supremo tras el recurso del profesor.
Emilio | Lunes, 06 de Enero de 2025 a las 18:31:33 horas
A este Tolerdo le hace falta una vacuna antifascista, porque comienza a echar espuma contra la democracia.
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