Del Domingo, 14 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 17 de Septiembre de 2025
Una ceremonia en la basílica de San Vicente y una procesión han servido para iniciar en la diócesis de Ávila el año nuevo año jubilar ordinario, que comenzó con la apertura de la puerta santa en Roma por parte del papa Francisco en Nochebuena.
Al igual que en todo el mundo, el año jubilar se ha iniciado en San Vicente con una celebración donde se ha leído la bula ‘Spes nos confundit’. El desfile procesional ha partido después rumbo a la catedral, donde ha concluido la eucaristía, presidido por un nuevo crucifijo que ha sido portado por integrantes de las cofradías, que estará en el altar catedralicio durante el año jubilar.
Al llegar la comitiva a la catedral, se ha iniciado la eucaristía de un año jubilar que lleva como lema ‘Peregrinos de la esperanza’. La celebración religiosa ha estado presidida por el obispo, Jesús Rico; el obispo emérito, Jesús García Burillo; y el cardenal Ricardo Blázquez, expresidente de la Conferencia Episcopal.
En la homilía, ha subrayado que el jubileo se ha referido a la esperanza como “un don que hay que cultivar”. Y ha llamado a “aprender el arte de la confianza. Estar muy atentos a todo lo que nos deprime nos vuelve desconfiados, susceptibles. Quien espera, confía, no se amilana ante las dificultades. El desánimo que a veces nos invade no puede tener la última palabra, pero es necesario mirar hacia la meta y volverse de nuevo a la esperanza”.
Esperanza
“La esperanza en sentido cristiano es siempre esperanza para los demás y es esperanza activa con la cual luchamos para que las cosas no acaben en un final perverso”, ha señalado.
Por otra parte, en la carta pastoral que el obispo envió recientemente a los fieles, Rico destacó la relevancia global de este jubileo, al señalar que “a diferencia de otros jubileos locales, el de 2025 es universal”. Este carácter universal resalta la unidad y fraternidad entre los fieles de todo el mundo, recordando las palabras del Apocalipsis: “Los redimidos por Cristo proceden de toda raza, lengua, pueblo y nación”.
El evento busca fortalecer los vínculos de la Iglesia como una familia espiritual global, subrayando que “es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”.
El año jubilar trae consigo la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria, que el obispo define como “la filigrana más delicada del inmenso amor de Dios”. Esta gracia permite a los fieles no solo recibir el perdón de los pecados a través del sacramento de la penitencia, sino también liberarse de las penas temporales asociadas a ellos.
Época de conflictos
Según el obispo, este mensaje cobra particular importancia en una época marcada por conflictos, pobreza y desesperanza: “Jesús nos sigue diciendo: ‘Tus pecados quedan perdonados. Nadie te condena. Mi amor no te falla’”.
El obispo subraya que este año jubilar está profundamente vinculado al gran misterio de la encarnación de Jesucristo, el fundamento de la fe cristiana. Este acontecimiento, celebrado desde hace 1.700 años tras el Concilio de Nicea, reafirma que “en la persona humana de Cristo el Dios eterno se nos da plenamente, sin reservarse nada”. Esta entrega total, según el prelado, es la fuente de la esperanza que la Iglesia quiere compartir con el mundo.
Rico invita a todos los fieles a convertirse en “peregrinos de la esperanza” y a participar activamente en el jubileo, ya sea asistiendo a la catedral de Ávila, templo jubilar de la diócesis, o uniéndose espiritualmente desde sus hogares, especialmente en el caso de enfermos.
El obispo también anima a los fieles que puedan hacerlo a realizar peregrinaciones a Roma, el corazón del jubileo, para experimentar de primera mano el espíritu de comunión que representa este evento. En Ávila la catedral acogerá a los peregrinos que deseen obtener la indulgencia plenaria.
Rico muestra su deseo de que este año jubilar sea “un año de gracia para todos” y anima a la comunidad a vivirlo como una oportunidad para crecer en esperanza y amor, transformando los retos de la sociedad contemporánea en una historia de salvación.
Jubileo
Los años jubilares son celebraciones de especial importancia dentro de la Iglesia católica. Proclamados por el pontífice, suelen estar vinculados a momentos históricos y espirituales significativos, ofreciendo a los fieles la oportunidad de reflexionar, reconciliarse y renovar su fe a través de actividades litúrgicas, peregrinaciones y la obtención de indulgencias.
El jubileo ofrece la posibilidad de conseguir la indulgencia plenaria con las condiciones acostumbradas: peregrinar a un lugar sagrado (que, en el caso de la diócesis de Ávila, será solo la catedral), y allí participar en una celebración litúrgica en un día jubilar o dedicar un tiempo a la oración personal. Después, rezar expresamente por las intenciones del pontífice, confesarse y comulgar. Esos dos últimos requisitos, la confesión y la comunión eucarística, pueden ser diez días antes o después de realizar la peregrinación.
Falto de fe | Lunes, 30 de Diciembre de 2024 a las 15:13:55 horas
Parece mentira que haya gente que sigue creyéndose estas cosas, aunque cada vez menos. Tienen razón los comentarios; la iglesia es riquísima y su reino es bien de este mundo. Las denominadas cruzadas de santa María, no digamos, están comprando todo.
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