Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Domingo, 28 de Septiembre de 2025
En la festividad de San Juan de la Cruz, patrón de los poetas de habla hispana, el escritor Rafael Soler ha sido distinguido como Juglar de Fontiveros 2024, y en su intervención ha reflexionado sobre la poesía y el vínculo inquebrantable entre el poeta y el lector.
Durante su discurso, el poeta y novelista ha ofrecido una metáfora: “la poesía es un tango que bien merece ser bailado en buena compañía”. A lo que ha añadido la necesidad de una relación íntima entre quien escribe y quien lee: “siempre hacen falta dos para bailar”, estableciendo una comunión entre creador y lector, donde ambos encuentran refugio y reconocimiento mutuo.
El acto, organizado por la Academia de Juglares de Fontiveros, sirve cada año para celebrar en Fontiveros al místico de la localidad, al que se ha hecho la tradicional ofrenda ante su monumento.
El autor ha reflexionado sobre el proceso creativo: “escribimos para que nos lean, al amparo de unos versos que nacieron en días luminosos y oscuros, con los necesarios titubeos y el saludable vértigo que siempre acompaña a quien se asoma a su verdad”.
Rafael Soler (Valencia, 1947), ingeniero y sociólogo de formación, ha desarrollado una prolífica trayectoria literaria que comenzó con su primera novela ‘El grito’ (1979), premiada con la Primera Bienal Ámbito Literario. A esta le siguieron obras como ‘El corazón del lobo’ (1981, Premio Cáceres) y ‘Barranco’ (1985). En narrativa breve, publicó ‘Cuentos de ahora mismo’ (1980) y ‘El mirador’ (1981), ambos galardonados. Tras un largo paréntesis, regresó a la novela con ‘El último gin-tonic’ (2018) y ‘Necesito una isla grande’ (2019).
En poesía, Soler es autor de obras como ‘Los sitios interiores’ (1979), ‘Maneras de volver’ (2009) y ‘Ácido almíbar’ (2014), con el que obtuvo el Premio de la Crítica Literaria Valenciana. Su obra lírica, traducida a varios idiomas, refleja una búsqueda constante de la verdad humana, destacando por su capacidad para emocionar y trascender fronteras culturales. Vicepresidente primero de la Asociación Colegial de Escritores de España desde 2015, Soler es también anfitrión de encuentros literarios en el histórico Café Comercial de Madrid, a los que se ha referido en su intervención.
Asomado a un instante
En el discurso, Rafael Soler ha destacado la complejidad de definir la poesía y ha descrito al poeta como “alguien asomado a un instante que no es suyo”, aludiendo a la fugacidad y la universalidad de la creación poética. Y ha comparado el acto de escribir con una partida de ajedrez, un ejercicio donde cada pieza cumple su propósito simbólico: “el lector es el rey”, ha definido. “Entrar en el corazón del lector, hacerlo nuestro verso a verso, es el objetivo último. Que él, a su aire, escriba de nuevo lo que ya está escrito”, ha apuntado.
En su símil, Soler ha descrito a los peones como los fragmentos de vida del poeta, elementos aparentemente iguales, pero con historias únicas y personales: “Peón infancia, con un abrazo del abuelo; peón higuera para lo perdido; peón duda perenne que las hay; peón crucificado por una cuchillada…”. Las torres, en cambio, representan los guardianes de la soledad del poeta, necesarios para proteger su espacio creativo y resistir las distracciones contemporáneas. En este juego literario, los caballos y la reina también adquieren protagonismo: la inspiración, caprichosa y esquiva, se convierte en la pieza más codiciada, según el poeta.
El discurso ha culminado con una reflexión de celebración de la poesía como ejercicio necesario para descubrir las verdades ocultas del alma humana: “es preciso indagar. Solo así da su fruto el vientre estéril de la ruleta”.
Alberto | Domingo, 15 de Diciembre de 2024 a las 10:58:19 horas
Poco importa la poesía al PP y menos la cultura y los ciudadanos, a todos estos que buscan la foto y figurar a toda costa. Pandilla de vividores del cuento que con esto buscan justificar su sueldo, pero que poco o nada trabajan para Ávila.
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