No solo los familiares, padres y abuelos -muchos abuelos-, sino también curiosos, alumnos de otros colegios e incluso autoridades municipales se han dejado ver en este nacimiento recreado por más de un centenar de alumnos del centro. 

Y no ha sido para menos la expectación que han generado los más pequeños, pues a este belén no le faltaba detalle: burros, conejos, gallinas, un huerto con sus hortalizas, castillos, pan o talleres textiles han hecho de atrezzo en “un acto de manifestación de la fe” en estas fechas tan señaladas, tal como se ha podido escuchar por parte de algunos profesores durante la recreación.  

Los más pequeños han interpretado con entusiasmo los roles de ceramistas, panaderos, agricultores, pescadores y otros personajes propios de la época. Por supuesto, no han faltado los tres Reyes Magos que han acudido a adorar y entregar el oro, el incienso y la mirra a María, José y el Niño Jesús que se encontraban en un establo escoltado por un burro. 

Un ambiente festivo y educativo

El belén no solo ha destacado por la cuidada ambientación, también por su carácter didáctico, al tiempo que los alumnos han ofrecido a los espectadores un evento inolvidable lleno de simbolismo.